Con sus manos dirigió a las mejores orquestas del mundo y con su sencillez conquistó el corazón de todas aquellas personas que se cruzaron en su vida. Hace poco más de tres meses, la luz que irradiaba el director de orquesta toresano, Jesús López Cobos, se apagó para siempre en Berlín, pero su legado sigue muy presente en un arte que dominó como pocos sobre el escenario y que fue el hilo conductor de su vida: la música. La aportación del maestro toresano a la música es incalculable, así como su generosidad con una tierra, Castilla y León, que ayer le rindió un sentido y merecido homenaje celebrado en el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid y que coincidió con el concierto que el que fuera director emérito de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) tenía previsto dirigir. En el marco de este tributo, la consejera de Cultura y Turismo de la Junta, María Josefa García Cirac, inauguró ayer, en el vestíbulo del Centro Cultural Miguel Delibes, la exposición "Pasión y Razón", acto al que también asistieron la viuda del maestro, Brigitte y el alcalde de Toro, Tomás del Bien. "Pasión y Razón" es una muestra que recorre la vida y obra del director de orquesta toresano, a través de 56 paneles, que recogen fotografías, programas de mano, portadas de libros y discos, así como abundante material gráfico de diversa índole y que ilustran, cronológicamente, la carrera artística de López Cobos.

Una parte importante de la exposición inaugurada ayer se centra en la especial relación del director con la OSCyL y que aparece reflejada en el numeroso material recogido en el archivo histórico de la formación sinfónica, aunque también incluye un óleo de grandes dimensiones, pintado expresamente para la muestra, por el artista salmantino Miguel Elías. El discurso expositivo se acompaña de un vídeo con la interpretación de Perianes y López Cobos de los conciertos para piano de Beethoven. La muestra "Pasión y Razón", coordinada por Julio García Merino, archivero de la Orquesta, se podrá visitar durante los próximos meses en el pasillo interactivo del Centro Cultural Miguel Delibes.

En la inauguración de la muestra, García Cirac destacó la "necesidad" de honrar la memoria del que fuera director emérito de la OSCyL y "probablemente el director de orquesta español más universal, cuya figura proyectó la mejor imagen de Castilla y León y de España en los principales escenarios del mundo". Del mismo modo, resaltó que su "dimensión internacional" no alejó al maestro de sus orígenes y de su tierra y recordó que, en un principio, aceptó ser director principal invitado de la OSCyL y, posteriormente, director emérito. Por estos motivos, la consejera insistió en la idea de "devolverle con gratitud y respeto todo lo que nos aportó en estos últimos años, a los castellanos y leoneses en general y a la OSCyL en particular". En 37 ocasiones, López Cobos subió al podio de la Sala Sinfónica del Centro Cultural Miguel Delibes como director de la OSCyL para ejecutar un total de 18 programas artísticos, cosechando un gran éxito en todas sus actuaciones. El concierto de abono 18 ofrecido ayer y que se volverá a interpretar esta tarde, estaba previsto que también lo dirigiera López Cobos.

Al margen de la exposición "Pasión y Razón", la memoria del maestro toresano permanecerá muy presente en el Centro Cultural Miguel Delibes ya que, desde ayer, la Sala Sinfónica se denomina con el nombre de Jesús López Cobos. Con una capacidad para 1.712 personas, en la citada sala estaba prevista la presencia del director de orquesta toresano durante esta temporada en tres programas, para un total de seis conciertos. El tributo a López Cobos proseguirá el próximo mes de noviembre cuando la OSCyL rinda su particular homenaje al maestro con el concierto de abono 3, que ofrecerá los días 15 y 16.

Para este recital, la Orquesta ha seleccionado un variado programa dedicado a algunos de los compositores por los que López Cobos mostró una especial predilección como Mozart, Beethoven, Mahler, Brahms y Fauré. En este concierto participarán, además de uno de sus hijos, François López Ferrer, el director de coros Jordi Casas, los jóvenes directores de orquesta Andrés Salado y Lucas Macías y la solista Patricia Cordero, acompañados por los Coros de Castilla y León.