Hace un año abría sus puertas en la ciudad la exposición Aqva de Las Edades del Hombre, cuyo recuerdo está muy presente en los toresanos porque, durante casi ocho meses, fueron testigos de una afluencia turística sin precedentes y de una mayor actividad económica. Esta sensación la comparte el alcalde, Tomás del Bien, quien guarda "recuerdos buenísimos" de la muestra de arte sacro que, a su juicio, permitió que Toro viviera "un año histórico a nivel turístico", aunque también sirvió para dinamizar la actividad económica en sectores como la hostelería o el comercio. El alcalde se mostró convencido de que la huella de Las Edades del Hombre pervivirá en el tiempo ya que, en los últimos fines de semana y coincidiendo con el buen tiempo, la afluencia de turistas es mayor, visitantes que regresan a la ciudad porque el año pasado no pudieron disfrutar de todos sus atractivos o porque han decidido seguir la recomendación de familiares o conocidos que en 2016 se desplazaron a Toro para admirar las sedes y la colección de obras expuestas en Aqva. En este punto, Del Bien, remarcó que Las Edades del Hombre han servido para cumplir el objetivo prioritario que se había marcado el Ayuntamiento de "poner a Toro en el mapa", a nivel regional y nacional, y conseguir que la ciudad "tenga más nombre como destino turístico".

Aunque la elección de Toro como sede de la exposición animó a comerciantes y a empresarios a poner en marcha nuevos negocios, el alcalde reconoció que, tras la clausura de Aqva, "algunos han cerrado", porque abrieron sus puertas para "aprovechar" la estela de Las Edades del Hombre y, en la actualidad, se han trasladado a Cuéllar, sede de la nueva exposición Reconciliare, mientras que otros no consiguieron mantener su actividad porque "necesitan una afluencia turística más asentada". No obstante, como reconoció Del Bien, otros negocios que surgieron a raíz de la apertura de la muestra han conseguido mantenerse, dinamizando así la actividad económica de la ciudad. Por otra parte, el alcalde destacó que "la ciudad necesitaba un lavado de cara y, sobre todo, de conciencia", a lo que también contribuyó la elección de Toro como sede de Las Edades del Hombre, cambio que evidencian las acciones llevadas a cabo por el grupo de voluntarios que colaboró con el Ayuntamiento durante los meses de celebración de la muestra o el resultado del proyecto "Toro Arte Urbano", que permitió adecentar fachadas del casco histórico que presentaban un notable deterioro. Del mismo modo, en los preparativos de la ciudad para albergar la magna exposición, se mejoraron zonas ajardinadas, se cercaron solares y se rehabilitó el Alcázar, que se convirtió en el centro de recepción de visitantes.

De otro lado, Del Bien, remarcó que, "aunque nunca llueve a gusto de todos", Las Edades del Hombre sirvió para trazar una línea de trabajo que el Ayuntamiento pretende consolidar, con el objetivo de que el futuro de la ciudad pase por el sector turístico. Por último, subrayó que, a nivel de turismo interior en Castilla y León "hay mucha competencia" y, por este motivo, ciudades como Toro deben aprovechar "el pasado", en alusión a su historia o patrimonio, para tener un mejor futuro.