Los ganaderos de la región mostraron ayer su indignación contra la fábrica García Baquero «que ha recibido 22 millones de euros, el 45% de la inversión de la fábrica de Toro, por parte de la Junta de Castilla y León y, sin embargo, compra parte de la leche en Francia», a la vez que pretende rebajar el precio pagado a los ganaderos en un 15% mientras sube en un 4% los de los quesos. Por eso pidieron a la firma láctea «que se implique con los ganaderos de Castilla y León y que pague unos precios dignos», como señaló Jesús Manuel González Palacín, coordinador de UCCL-Coag, quien, además, puntualizó que exigen a la Consejería de Agricultura «que obligue a las industrias a las que da dinero a formalizar contratos, ya que es la única garantía que tenemos los ganaderos de que se pague un precio justo» que no esté por debajo de los costes de producción.

Los sindicatos convocantes, que han hecho una valoración «muy positiva» de los cuatro actos de protesta celebrados en la región, han pedido al consejero de Agricultura, José Valín, que cumpla su compromiso de propiciar una reunión entre las partes.«Las industrias están llevando a cabo una política mafiosa y el consejero no puede echar balones fuera», dijo en este sentido Julio López, el secretario regional de UPA, quien subrayó que «no hay razones que justifiquen una bajada de precios en la línea que está anunciando la industria». Julio López explicó ante los medios de comunicación que «en los últimos cinco años han aumentado hasta un 53% las importaciones de leche de Francia» y puntualizó que «ahora no toca hablar de reordenación del sector, sino de tomar medidas para que se recuperen los precios». El responsable del sector lácteo de COAG-Zamora, Félix Roncero, por su parte, centró su intervención ante la prensa en el tema de la trazabilidad, denunciando la «falta de control a las industrias sobre la leche que importan y que meten en los envases, cuando nosotros estamos cumpliendo con la calidad que nos exigen, algo en lo que estamos de acuerdo, porque es la leche que damos a nuestros propios hijos». Así las cosas, Roncero pidió a las administraciones central y autonómica, «que tomen medidas para que cuando veamos un envase se sepa de dónde procede la leche y cómo se ha producido y que el consumidor tenga la oportunidad de apostar por la leche que se ha producido en Castilla y León».

El presidente de Asaja regional calificó a la industria de «ladrones de guante blanco» y recordó que el sector lácteo tanto de vacuno como de ovino «ha tenido que llevar a cabo unas inversiones importantes y, sin embargo, ha sufrido unas mermas muy importantes en su renta y en su nivel de vida». Así las cosas, pide «que se mantengan los precios para que subsistan las 7.000 explotaciones de ovino y las 3.000 de vacuno de leche de la región».

Coag-Zamora y la Coordinadora Agraria hicieron público en la tarde de ayer un comunicado de prensa en el que señalan que han conseguido «poner en jaque a unas empresas que tienen un abusivo afán de lucro a costa del trabajo de los ganaderos y que pretenden una bajada de precios de manera injustificada», a la vez que entienden que las movilizaciones «han servido para presionar a ambas administraciones para medias y llegar a un posible acuerdo». Coag Zamora dice estar «dispuesta a negociar, aunque se echa en falta la misma actitud por parte de las industrias lácteas». Las Opas abogaron por seguir manteniendo la unidad de acción y en este sentido intentarán conseguir la incorporación de las cooperativas de la región, quienes se han desmarcado por considerar que fueron invitadas a participar en la convocatoria de las movilizaciones «demasiado tarde».