El exintendente jefe de la Policía Local de Aldaia se sentará el próximo lunes en el banquillo de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia como acusado de un delito continuado de abusos sexuales a una agente interina a quien presuntamente realizó tocamientos y acosó sexualmente con comentarios y gestos obscenos entre 2011 y 2018 en las dependencias municipales. "Tranquila que estás con el jefe", le decía mientras le tocaba el pecho y los glúteos, según relata la denunciante. "Si te portas bien te tocaré el culito", "estás más guapa, más delgada, ven más veces al despacho", o "es pequeñita pero la puedes tocar" son algunas de las expresiones que supuestamente utilizaba con su subordinada el mando, ahora destinado en la Policía Local de València.

En una ocasión, tras salir del baño, el acusado se dirigió a la agente con la bragueta del pantalón bajada, mostrándole los genitales. Asimismo, en abril de 2018, después de ser operada del pecho, éste le apretó las prótesis mamarias con la intención de satisfacer sus deseos sexuales, según el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal, que solicita para el policía una pena de dos años y medio de prisión, así como su inhabilitación por el mismo periodo de tiempo, y dos años más de libertad vigilada.

El fiscal considera que el exjefe de la Policía Local de Aldaia se habría aprovechado de su condición de superior jerárquico de la víctima, así como de la baja autoestima y complejos de inferioridad de ésta.

El último episodio de acoso se produjo en julio de 2018 cuando el acusado la intentó besar. Uno de los policías, que declarará como testigo en el juicio, vio salir a la interina ese día del despacho del intendente con los ojos enrojecidos y el carmín de los labios corrido. En febrero de 2019 la supuesta víctima interpuso denuncia y relató una a una todas las situaciones de abusos sexuales que vivió con su superior a lo largo de siete años.

Otra compañera de la plantilla también asegura que "el intendente no se le despegaba" y relata un episodio en el que la abrazó y se sintió incómoda, aunque en su caso no llegó a ir a más. Aunque ningún testigo afirma haber presenciado los abusos, sí que refrendan que el jefe tenía un trato despótico con los interinos y los comisionados, siendo habitual el gesto de tocarse los galones.

Por su parte, el acusado niega por completo cualquier tipo de acoso hacia esta policía interina así como que le haya tocado los pechos o los glúteos. De hecho argumenta que debido al trasiego de gente que trabaja en el Ayuntamiento de Aldaia hubiera sido materialmente imposible este tipo de comportamientos sin que alguien se percatara de ello ya que en su despacho había una cristalera transparente. Tras el traslado en 2013 a otras dependencias también asegura que no tuvo ningún contacto físico de índole sexual con esta persona en las mismas.

Así, el exjefe de la Policía Local de Aldaia sostiene que tan solo han tenido tres encuentros fuera del ámbito laboral y admite que en uno de los mismos se abrazaron y se besaron en casa de ella después de que ella le pidiera subir, pero no llegó a haber sexo. Sobre la denuncia la atribuye a un incidente con la desaparición de una pulsera por el cual se le abrió un expediente informativo.