Mortalidad sin precedentes

Último recuento de la inmigración: 6.618 muertos al intentar llegar a España en 2023

La oenegé Caminando Fronteras publica un informe que cuenta 6.007 personas fallecidas en la ruta atlántica a Canarias, "la más letal del planeta"

La entidad cifra en 434 los muertos en la ruta argelina del Mediterráneo occidental, 147 en el Estrecho de Gibraltar y 30 en la ruta de Alborán

Cayuco en la ruta canaria.

Cayuco en la ruta canaria. / EFE

Juan José Fernández

Desde que la oenegé Ca-minando Fronteras tiene en pie su observatorio de Derechos Humanos en la inmigración irregular, no hay precedentes de una cifra tan trágica. Este martes, al presentar su informe 'Monitoreo Derecho a la Vida' de recuento de bajas en las rutas marítimas hacia España, la entidad ha superado las peores previsiones: 6.618 muertos en el mar tratando de llegar a este país en el año recien concluido. Esa cifra implica, como destaca el informe, una media de 18 muertos cada día de 2023.

En el colectivo Ca-minando Fronteras creen que 2023 es el año "más mortífero" desde que cuentan desaparecidos. La cifra supera dos veces la de 2.390 migrantes ahogados en 2022. Y la gran aportaciòn a esta montaña de muertos la hace la ruta atlántica africana, la que en el año de la peor crisis migratoria ha enviado centenares de cayucos desde Senegal, Gambia y Mauritania buscando puerto en Canarias. Bajo el tópico de "las calmas" en el océano yacen 6.007 migrantes fallecidos.

El resto de esta dramática contabilidad se desglosa en 434 muertos en la ruta de pateras desde Argelia hacia la península, 147 en el cruce del Estrecho de Gibraltar y otros 30 en la travesía que por Alborán busca Almería, Alicante o las islas Baleares.

Destaca el informe también que 384 desaparecidos son menores, y 363 son mujeres.

Culpables

El informe del colectivo no se limita a las cifras; también hace acusaciones de calado político contra la base de la política migratoria europea y la de los países de origen, en los que la UE tiene externalizadas parte de sus medidas de control. A la hora de definir causas de este crecimiento de las muertes, "encontramos entre las más graves la priorización del control de fronteras por encima del deber de socorro".

La acusación coincide con las que, desde la izquierda, se formularon contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en su útima compareciencia parlamentaria, dando cuenta del acuerdo sobre inmigración alcanzado en la UE y de 26.000 salidas evitadas por la Guardia Civil y la Poilicía Nacional en origen en colaboración con las policías africanas.

Este martes, la portavoz y directora de Ca-minando Fronteras, Helena Maleno, ha denunciado a España: "Se ha establecido en las fronteras del Estado español la omisión del deber de socorro como una práctica de control migratorio". Y abunda la directora de la oenegé a este diario: "El gobierno español tiene mucha responsabilidad en esa política de denegación de auxilio. En Europa han creado una dinámica de chantaje a países terceros en la que siempre se pone el foco en el control migratorio y no en la defensa del derecho a la vida".

Los datos de Ca-minando Fronteras se basan en los avisos que reciben a través de diversos canales por los propios migrantes en el mar, y también de los que les mandan las familias de los subsaharinos y marroquís y de colectivos específicos de emigrantes. En total son 84 embarcaciones las que ha sumado el colectivo como naufragadas en 2023 y 213 los incidentes graves en el mar.

Las cifras de este informe contrastan con las de otros observatorios. El de entrega más reciente, el de la OIM (Organización Internacional de Migraciones, dependiente de la ONU). El recuento de esta entidad no es homologable al de Ca-minando Fronteras, pues distribuye de otra manera las rutas. A la OIM le constan en 2023 un total de 1.746 fallecidos en el área "Africa", o sea, migrantes de la zona subsahariana buscando un destino internacional, y 2.797 en el área "Mediterráneo", que es, al fin y al cabo, otra área africana.

La OIM hace la salvedad en su recuento de que la cifra esta infraestimada, pues en este asunto " la recopilación de información es un desafío".

Omisión de socorro

Entre los avisos recibidos por Ca-minando Fronteras, los hay sobre personas en travesía desde 17 países: Argelia, Bangladesh, Camerún, Costa de Marfil, Gambia, Guinea Conakry, Islas Comores, Mali, Marruecos, Mauritania, Palestina, República Democrática del Congo, Senegal, Siria, Sudán, Túnez y Yemen. De 13 nacionalidades son los migrantes llegados a Canarias, si bien una aplastante mayoría subsahariana es senegalesa, gambiana, maliense y mauritana.

En junio, octubre y noviembre registró la entidad las mayores acumulaciones de avisos, con 1.197, 2.370 y 1.023 desaparecidos respectivamente. Sostiene la oenegé que tras estas y las otras muertes hay "una práctica que por su imple,mentación en el tiempo podemos considerar protocolo". Se refiere a "la omisión del deber de socorro en el mar como un instrumento clave en el control migratorio, en detrimento de la protección de la vida".

"Cuesta mucho que se activen, por ejemplo, los medios aéreos para la búsqueda en el mar", lamenta Helena Maleno a preguntas de este diario.

Ha influido también en el crecimiento de las muertes en el mar el hecho de que en 2023 se ha partido mayoritariamente desde más lejos. La ruta más frecuentada no salta estrechos, sino que salva más de 1.000 millas de mar desde las costas de África occidental saheliana, tratando de evitar los cayucos el control de los gobiernos que han pactado con Europa.

Pero el tramo de océano que separa Canarias de las playas desérticas de Dajla (antigua Villa Cisneros, en el Sáhara Occidental) y Agadir (Marruecos) es también particularmente peligroso: el saldo es de 1.418 ahogados.

Avisar en lugar de acudir

Entre los detalles que señala el colectivo está la denuncia de que en las rutas migratorias marinas se recurre cada vez más al rescate pasivo, o sea, emitir desde un centro de control una alerta a los mercantes, pesqueros, cruceros o yates que naveguen por la zona en vez de enviar buques propios de rescate. "Muchos cargueros no pueden hacer rescates con garantías porque no tienen la capacidad ni la eslora para abordar a embarcaciones tan débiles, que pueden hundirsecon cualquier movimiento de olas", denuncia Helena Maleno.

Un total de 213 naufragios estudiados llevan a este observatorio de la inmigración irregular a hablar de "necrofrontera". En su parte más dura, el informe hace un análisis incriminatorio de las autoridades implicadas: "El sesgo migratorio acompaña también en la intervención durante los naufragios, haciendo que los servicios intervengan únicamente en el momento del rescate y no se continúen las labores de búsqueda de posibles supervivientes -dice el dosier- ni la recuperación de cadáveres, tan necesaria para el respeto de los derechos de las muertas y sus familias".

Helena Maleno sospecha que España no hace todo lo que puede, y que no es lo mismo el naufragio de un pesquero o un crucero que del de un cayuco: "Si se aplicaran los mismos medios, la masacre se reduciría de forma importante".

Cada vez más los africanos que emprenden la ruta saben el alto peligro que les espera mar adentro, pero está "el efecto expulsión", dice Maleno, en situaciones como la de Senegal, donde "las personas han tenido que irse al mar huyendo de una represión política que además está siendo silenciada en Europa, por ejemplo por los intereses que las empresas pesqueras tienen con el gobierno de aquel país". Al final, la elección de un migrante "está entre morir o morir, que es lo que ya tienen, y morir o vivir que es en lo que se la juegan".