El informe indica que la violencia entre iguales, cuyo indicador es el número de niños que dicen haber sufrido acoso o haber participado en una pelea física en el último año, es algo generalizado en la educación de los niños en todo el mundo. Esta realidad afecta el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes, tanto en países pobres como ricos, según Unicef.

"La educación es clave para la construcción de sociedades pacíficas y, sin embargo, para millones de niños alrededor del mundo la escuela no es un lugar seguro", lamentó Henrietta H. Fore, directora ejecutiva de Unicef. Para Fore, "cada día, muchos estudiantes, ya sea en persona o en Internet, se enfrentan a una serie de peligros, desde peleas, presión para que formen parte de pandillas o intimidación a formas de disciplina violentas, acoso sexual o violencia armada". "Estas situaciones afectan su aprendizaje en el corto plazo, y a la larga pueden provocarles depresión, ansiedad y hasta llevarlos al suicidio. La violencia es una lección inolvidable que ningún niño debería de aprender", advierte.

Los datos que maneja Unicef contabilizan que más de 1 de cada 3 estudiantes de entre 13 y 15 años en el mundo se ha sentido acosado, y casi la misma proporción se ha visto envuelta en peleas físicas.

Asimismo, 3 de cada 10 estudiantes en 39 países industrializados reconocen haber acosado a otros compañeros, y cerca de 720 millones de niños en edad escolar viven en países en los que el castigo corporal en la escuela no está completamente prohibido.

El informe señala que la violencia derivada del uso de armas, navajas o pistolas en las escuelas sigue cobrándose vidas.

Unicef y organizaciones afines proponen medidas "urgentes" para acabar con la violencia en las escuelas, como implementar políticas y legislaciones necesarias para proteger a los estudiantes.