Oviedo

Con mucha nostalgia y con la melancolía que repartían su voz y sus canciones se anunciaba ayer la muerte de Mari Trini. Se iba la bella melancolía de la música española. Una mujer de registros afrancesados, con textos tiernos y tristes que relataba amores, desamores y otras cosas de la vida. Dejó un repertorio sólido que casi todo el mundo recuerda, las piezas de una mujer que alcanzó la gloria en los años setenta y que aún mantuvo el pulso en los ochenta dejando una huella increíble en la música. Se fue manteniendo el rigor sobre su privacidad y evitando que se conociera su enfermedad.

María Trinidad Pérez de Miravete Mille falleció ayer en el hospital Morales Meseguer de Murcia, su tierra, cuando tenía 61 años.

Se fue de joven a grabar y triunfar en Francia (se la comparó con varias divas galas e hizo una célebre versión del no menos célebre "Ne me quite pas") y volvió a España para arrasar en los mercados en los años setenta.

Sus éxitos, muy poéticos y nada ajustados a los cánones comerciales de la época, (donde había grandes dosis de chunda chunda entre decenas de sus colegas), forman parte de la memoria de un par o tres generaciones de españoles, las que alcanzó el sonido de aquellos tiempos hasta que fue barrido de la industria con la explosión de la música de la segunda mitad de los ochenta.

Pero plasmadas han quedado canciones como "Amores", "Una estrella en mi jardín" o "Yo no soy esa", entre otras

Ese halo triste de sus canciones está muy ligado a la dureza de su vida, marcada desde muy joven por una enfermedad de riñón que la postró en cama durante tiempo y cuyo tratamiento dejó huella en su rostro. Con el tiempo se desquitó posando desnuda en Interviú.

Se suma a su estilo una parte de mensaje subliminal que rondaba la protesta contra el régimen franquista. No sólo ella, ya que había otros autores que trataban de meter por una rendija cierta respuesta a los modos políticos de la época. Tiene discos como "¿Quién?", "Sólo para ti", "Ventanas" y "Escúchame", donde se incluye el éxito "Yo no soy esa", que plasmaron ese cambio de registro de la primera mitad de la década de los setenta en España.

En el plano internacional hay que destacar, también en el origen de su carrera su vinculación al director Nichola Ray, con quien trabajó un tiempo en Londres antes de sus primeras grabaciones en Francia. Y para que nada faltase en su brillante carrera sumó a su espléndida obra como compositora, una serie de interpretaciones de otros autores españoles, como Luis Eduardo Aute, Juan Carlos Calderón y Patxi Andión, además de algunas composiciones propias, pero no fue hasta "Amores" cuando logró la verdadera fama.

La cantante, la mayor de cuatro hermanos, se trasladó a Madrid con su familia siendo una niña, había regresado a su región natal para preparar su despedida de los escenarios y escribía ahora un libro de poemas. Nacida en Murcia el 12 de julio de 1947, fue una de las voces españolas más escuchadas y populares de entre los años 60 y 90. La discografía de Mari Trini acoge un sinfín de discos, más de 30 obras y 300 canciones, con más de 10 millones de discos vendidos a lo largo de su carrera.

Se desconoce con exactitud la enfermedad que motivó su ingreso hospitalario y la causa del fallecimiento, sobre lo que el centro sanitario no ha querido desvelar ningún detalle por expreso deseo de sus familiares.