Desde hace dos años, Britney Spears está vigilada a todas horas por los fotógrafos, que la persiguen a toda velocidad, y sus amigos temen por su estabilidad mental y física.

Esta semana, una cadena de radio de Detroit tuvo que disculparse por organizar un concurso premiado con 1. 000 dólares para la predicción correcta del día que muriera la artista, debido a las drogas o por sus propias manos.