Cerca de cien abades han participado este Miércoles Santo en la tradicional merienda a base de bacalao y escabeche, acto de hermandad de la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla que se ha celebrado en el Hospital de la Cruz.
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Tras "vestir" y adornar las imágenes en la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina y dejarlas dispuestas para la procesión del Viernes Santo, los abades se trasladaron al salón de actos del Hospital de la Cruz para degustar el pescado maridado con vino de la tierra.
“Es nuestra forma de unir a los antiguos y nuevos abades”, señaló el presidente de la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla, Crescencio Álvarez.
Los asistentes han disfrutado de una amena velada en las largas mesas preparadas en el salón de actos, un encuentro en el que no faltaron anécdotas relacionadas con la Semana Santa y comentarios sobre la previsión del tiempo.
Ahora todos los cofrades miran al cielo para que la lluvia respete y se puedan celebrar los actos programados en los próximos días.