"Traigo aquí aguja e hilo, yo no sé coser, pero siempre doy puntadas con la palabra", se disculpó Eva Crespo en el comienzo de su pregón, en el que recorrió todas las cofradías y hermandades zamoranas desde el prisma de sus recuerdos y con el amor, en todas sus expresiones, como hilo conductor.

Hubo espacio en su discurso para todos los protagonistas que hacen posible la Semana Santa zamorana, como los cargadores, sobre los que bromeó en referencia a elevar y mover el paso, justificando que no debía ser algo tan sacrificado, "si no, ¿por qué vuelven al año siguiente?", se preguntó con sonrisa cómplice.

La música también es protagonista absoluta y a los artífices de esas marchas también aplaudió la pregonera, "esos que ponen a la Semana Santa una banda sonora con corazón", describió.

Crespo recordó que Zamora fue "pionera" en tener un Museo de Semana Santa y que ya se vislumbra en la distancia uno nuevo "que debería ser el mejor en esta ciudad, para que Zamora sea un referente, porque lo necesita y se lo merece", juzgó. Y aunque reconoció que era imposible encerrar en un edificio todo lo que significa la Pasión en esta tierra, señaló que el que se construya debería "cuidar el legado y mantenerlo, porque lo difícil ya lo hicieron aquellos que nos precedieron", reconoció.