La Semana Santa impregna múltiples aspectos de la vida de la ciudad. Desde hace días infinidad de escaparates están engalanados con motivos relacionados con la Pasión y en la última jornada lectiva ante de los días grandes diversos centros educativos han recreado desfiles procesionales con gran mimo.

En el interior del colegio Santísima Trinidad el nutrido público congregado presenció una "versión libre" de la procesión de la Esperanza, dado que sumaron el paso de Jesús del Vía Crucis. Tal y como mandan los cánones la procesión arrancó en el colegio del Amor de Dios de Pinilla con las esquilas de Barandales, la cruz guía y el estandarte a los que siguieron numerosos cofrades con la túnica y caperuz blanco y capa verde. Los infantes cofrades dieron paso a la primera imagen, el Cristo del Vía Crucis, al que no le faltaban ni las flores en las tonalidades propias, que caminaba al ritmo marcado por una pequeña banda. Tras ellos un amplio grupo de niñas de luto y con peineta y la Virgen de la Esperanza, a la que no le faltaba ni el manto bordado. Además, antes de concluir, los dos pasos se hicieron varias venias.

De luto con fajín rojo con un medallón formado por un corazón que contenía en su interior una cruz iban ataviados los cofrades del Corazón de María que desfilaron en fila de a dos agarrados de la mano ante la atenta mirada de sus familiares y la vigilancia de sus docentes.

Cuatro sencillos pasos llevados en andas por los escolares integraron el desfile. Una virgen, un crucificado adornado con cardos, un cristo en una urna y una Soledad a lo que sumaron alumnos que portaron cruces de madera o elementos de la Pasión. En la comitiva no faltaron al inicio el estandarte y las esquilas y al cierre un sacerdote y una amplia banda.