Zamoreando

Hagan el favor

El paciente debe entrar siempre antes a la consulta que el visitador médico

Centro de salud de Santa Elena.

Centro de salud de Santa Elena. / LOZ

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Es habitual verlos por hospitales y ambulatorios portando sus maletines en los que cabe suponer atesoran muestras y más muestras de los medicamentos de la compañía farmacéutica para la que trabajan. Supongo que su trabajo consiste fundamentalmente en difundir y divulgar información científica y otras cuestiones de los productos farmacéuticos que le han sido asignados. Ser visitador médico no es una tontería, están capacitados para asesorar a profesionales médicos y farmacéuticos en la venta de nuevos y viejos productos sanitarios. Parece ser que es una profesión con demanda y proyección para la que se deben cumplir algunos requisitos que pasan por la obtención de la pertinente certificación de visitador médico nacional. Certificación que acredita a una persona no sólo a vender productos farmacéuticos sino a conocer diferentes técnicas de ventas. Debe ser un curro apasionante que obliga a los visitadores médicos a tocar muchas puertas. Son gente muy preparada. Da gusto ver que, además, con el paso del tiempo, también se han incorporado mujeres, para que el feminismo radical no ponga peros.

Hasta ahí todo muy bonito. Lo que resulta deplorable es que algunos visitadores médicos acudan a los centros de salud al comienzo de la jornada médica, cuando más efervescencia de pacientes tiene el médico, relegando a los pacientes a un discreto plano inadmisible. El paciente debe ser siempre el primero. El visitador que lo haga al final de la jornada médica o en algún receso del facultativo, tras ponerse de acuerdo con él o ella. No puede ser que tengan a los enfermos esperando diez o veinte minutos hasta que realizan su trabajo, trastocando a su vez la agenda del médico. Porque si te dan hora a las nueve de la mañana y por lo tanto eres el primer paciente, no puedes entrar a la consulta a las nueve y veinticinco. Es que eso no es así. Y en eso deben tener el mismo cuidado y delicadeza el facultativo y el visitador médico.

Usted, que llega para colocar su producto, que acude al centro a "vender", hágalo a una hora en la que no lesione el interés del paciente. Los médicos, les hacen un hueco para que puedan seguir su ruta, pero eso no es así, repito. Y el primero que tiene que entenderlo es el visitador médico que acaba recibiendo las iras de los pacientes.

Todo el mundo tiene derecho a desarrollar su trabajo y a que se le faciliten los medios para ello, pero sin jorobar a los actores principales que son los pacientes y la razón de ser de los médicos de atención primaria, los de cabecera que se llamaron siempre, los que nos llaman por nuestro nombre y conocen nuestros problemas solo con vernos, los que prácticamente son ya de la familia. Los que no son de la familia son los visitadores médicos que también deberían tratar de comprender que nadie va por gusto al médico, que se está allí por verdadera necesidad y que algunas personas llevan el tiempo cronometrado, porque o bien tienen que atender su trabajo o a algún familiar que los necesita. Tiene que haber un tiempo de consultas, al final de la jornada, en el que el médico pueda atender mucho mejor al visitador y éste pueda desarrollar su trabajo sin mirar el reloj. Porque un día acabaran siendo abucheados por los enfermos. Una de las capacidades del visitador es planificar las visitar. Háganlo, teniendo en cuenta a los pacientes.

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