La Opinión de Zamora

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Manuel Antón.

¿Para cuándo los grandes pactos de Estado que está necesitando España?

Las transferencias a las comunidades autónomas en materias básicas, como son la sanidad, la educación y la justicia, más que un paso adelante fueron un paso atrás

Protesta por la Sanidad NIEVES SALINA| A. Pérez Meca

Por lo que se está viendo y viviendo -algunos lo venimos diciendo desde que se produjeron- cada vez somos más los que opinamos que las transferencias a las comunidades autónomas en materias tan básicas y fundamentales para el correcto desarrollo de la nación, como son la sanidad, la educación y la justicia, más que un paso adelante fueron un paso atrás, como el tiempo ha venido demostrando.

Si hace unos meses ya manifesté mi opinión acerca de lo importante que, para facilitar el buen hacer de los que se dedican a las más que nobles tareas de educar y enseñar, sería alcanzar un gran pacto de Estado sobre la educación, por lo mal que se han hecho las cosas desde que tal materia empezó a utilizarse como “arma arrojadiza”, “moneda de cambio”, “reclamo electoral” y, sobre todo, instrumento al uso para el adoctrinamiento. Hoy tengo que decir algo similar acerca de la justicia y la sanidad, pues los despropósitos que está protagonizando la clase política, al jugar de manera tan insensata con los juristas y los profesionales de la salud, no sirven más que para poner en evidencia la falta de criterio y de capacidad de quienes nos gobiernan y de los que esperan poderlo hacer. Tiempo atrás, si no los mismos, si algunos parecidos ejercieron tales responsabilidades y, me da igual que me da lo mismo quienes fueran, poco o nada hicieron para tratar de llegar a los pactos de Estado que España necesita en las materias referidas.

Cualquier español que haya tenido que verse obligado a acudir a un centro de salud, a un hospital público, o simplemente haya tenido que solicitar cita con un médico especialista habrá podido comprobar la decadencia de un sistema público de salud

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Cualquier español que haya tenido que verse obligado a acudir a un centro de salud, a un hospital público, o simplemente haya tenido que solicitar cita con un médico especialista habrá podido comprobar la decadencia de un sistema público de salud que hace solo unos años, según decían los expertos, si no el mejor, si era uno de los más sobresalientes del mundo. Algo parecido a lo que habrán sentido quienes, por la razón que sea, hayan tenido que acudir a un juzgado a presentar una denuncia, una demanda o pedir amparo….

Si en lugar de obrar siempre pensando en clave electoral, los partidos con posibilidades de gobernar pensaran un poco más en lo que puede ser mejor para España, es decir, para el conjunto de los españoles, y no solo para unos pocos “elegidos”, otro gallo cantaría. Pero no, como el lema debe ser: “hoy gobierno yo, y por lo tanto hago lo que más convenga a mis intereses”… a los demás que les den.

Señor Sánchez, y cuantos se amparan en usted:

El pueblo español no es tonto y por eso no cuela eso que, como una consigna más, llevan ustedes diciendo desde hace unos días para justificar la supresión del delito de sedición: “había que reformar el Código Penal para adaptarlo a la normativa europea en lo que tiene que ver con los delitos de orden público, porque la tipificación del delito de sedición data de hace más de 200 años…” ¡Que no! ¡Que el vigente Código Penal fue aprobado en noviembre de 1995, siendo presidente del Gobierno Felipe González, y ustedes bien lo saben!

Lo tienen que modificar por imperativo de las presiones que han recibido de los independentistas que quieren trocear España, como en breve puede que tengan que hacer con el delito de malversación, por idéntico motivo.

Sobre el funcionamiento del CGPJ, su organización y la elección de sus miembros ya me manifesté cuando tuve ocasión; si bien, todo hay que decirlo, en lo que intenté poner mayor énfasis fue en la poca independencia de que goza el poder judicial, que más que el tercer poder del Estado parece un apéndice de los dos primeros, a saber, el legislativo y el ejecutivo.

Sobre cómo está sucumbiendo el sistema público de salud, creo que no hace falta escribir mucho pues todo el que lo haya padecido sabe que “está hecho unos zorros”.

¿Cuándo tendremos en España políticos de altura que sepan llegar a grandes acuerdos en los temas realmente importantes? La sanidad, la educación y la justicia, al menos, merecen que aquellos a quienes elijamos para que nos representen en las cámaras legislativas sepan hacer bien su labor y lleguen a suscribir de manera conjunta los grandes pactos de Estado que estamos necesitando.

Dense prisa, por favor. Y si pueden, aunque solo sea para empezar, hablen.

¡País!

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