La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

Zamoreando

Carmen Ferreras

Infierno climático

No es que nos quieran meter miedo, la realidad se impone

DPA vía Europa Press

No es que nos quieran meter el miedo en el cuerpo, es que la realidad, tozuda como siempre, impone su verdad. La Cumbre del Clima que se celebra en Egipto y que concluye el próximo día 18, (cuando los zamoranos estamos llamados a salir multitudinariamente a la calle para reivindicar lo que en justicia merecemos), ha dejado titulares espeluznantes, cuántos de ellos propiciados por el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres.

Como reconocía el propio secretario general, la humanidad, “en solo unos días”, llegará a ocho mil millones de personas. Cifra que crece como crecen las emisiones de gases de efecto invernadero de las que constantemente se nos está advirtiendo sin que hagamos caso alguno. Nadie puede negar que las temperaturas globales aumentan y el planeta Tierra, el que fuera hermoso Planeta Azul, se encamina hacia un caos climático irreversible.

Guterres me parece un hombre serio, comprometido, uno de los mejores secretarios generales del organismo internacional, por lo que creo firmemente en sus manifestaciones. “Estamos en una carretera al infierno climático con el pie puesto en el acelerador”. No quiero pensar en ese infierno que nos anuncia. Entiendo el impacto dramático que tiene la absurda guerra de Putin contra Ucrania. Entiendo el horror que a todos ha producido el atentado terrorista de Estambul, en una de las calles comerciales más bulliciosas, festivas y céntricas. Pero no por eso vamos a olvidarnos del tan traído y llevado cambio climático que algunos se empeñan en no reconocer, en asegurar que es un invento político o un ardid del inversor y multimillonario George Soros para amedrentarnos.

Nadie puede negar que las temperaturas globales aumentan y el planeta Tierra, el que fuera hermoso Planeta Azul, se encamina hacia un caos climático irreversible

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O cooperamos o perecemos. Nos estamos acercando peligrosamente a un punto sin retorno. Sería bueno acelerar la transición hacia las energías renovables, poniendo así fin a la dependencia de los combustibles fósiles y la construcción de nuevas plantas de carbón, el gran desprestigiado, el maldito y contaminante carbón que Guterres pide eliminar gradualmente en los países de la OCDE para el año 2030 y en todos los demás para 2040.

La situación es grave. Si los dirigentes políticos no arriman el hombro no habrá nada que hacer. No entiendo que vayan a este tipo de cumbres, si no tienen intención de cambiar sus políticas. Y eso a pesar de que cerca de 3.500 millones de personas viven actualmente en países altamente vulnerables a los impactos climáticos. Ni el infierno de Dante, ni el que habita Lucifer, son tan terroríficos e impactantes como el que se nos apunta desde la Cumbre del Clima y que hay que añadir a los dos ya conocidos: el infierno climático. Qué pena que todo quede en agua de borrajas.

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