La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Laura Rivero

Adiós Silver, dinero, huevos, pollos, lechón, vaca y ternero

Al lado de quienes defienden un sistema público y presencial de salud, residencia y cuidados

Una residencia de personas mayores Cedida

“El cántaro cayó ¡pobre lechera! / ¡Qué compasión! Adiós leche, dinero / huevos, pollos, lechón, vaca y ternero. / ¡Oh, loca fantasía, qué palacios construyes en el viento!”

Se me viene a la cabeza la fábula de Samaniego, tras conocer que Europa no va a financiar el proyecto Silver Economy que llevaba para vender la Lechera en la Diputación, después de haber realizado con dinero propio, o sea, de los zamoranos, las siguientes actividades según la propia web de la institución: Congresos Internacionales Silver Economy; un proyecto piloto en Villafáfila de uso de las nuevas tecnologías en la atención a mayores; un programa Silver Caregivers dentro del marco del Erasmus+ para formar a los “acompañantes” Silver; y tras haber desmantelado el Vivero de Empresas de la Aldehuela para hacer el Centro Tecnológico Silver Economy que dicen que está lleno de empresas del sector antes de su apertura.

Hoy quiero recordar lo que “Decíamos ayer” -como Fray Luis de León y Miguel de Unamuno cuando volvieron a la Universidad de Salamanca- cuando se aprobó el proyecto en la Diputación, que los diputados de Izquierda Unida votamos a favor aunque planteando algunas dudas para rebajar los brincos enajenados de la Lechera que lleva más de dos años diciendo a todo el que lo advierte: “¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!”. Y que ha acabado: “quebrando el cantarillo la esperanza”.

Decíamos ayer que de los 40 millones de presupuesto del proyecto, la mitad eran para la instalación de empresas de servicios a los mayores, considerados nicho de negocio. La manida frase de que las debilidades pueden convertirse en fortalezas, aquí más bien era al contrario: Zamora tenía potencial Silver porque el cantarillo de la Lechera estaba lleno de habitantes muy viejos y muy silvers, pero además estaba lleno de una población empobrecida y con bajas pensiones. Luego tampoco era tanta nuestra capacidad de consumir productos para los silvers en el caso que haya que pagarlos. Como era y sigue siendo, el caso.

Seguíamos diciendo que como los servicios que se iban a prestar por empresas eran del ámbito de los cuidados, soluciones tecnológicas, el estilo de vida y moda, las residencias y el ámbito financiero, nos preocupaba que los derechos humanos como el derecho a la salud y a los cuidados pasaran a ser un negocio empresarial. Y en el Silver Economy existía más que riesgo, una evidencia, pues así lo decía el proyecto.

La presencia también cura y crea puestos de trabajo. Queremos vernos las caras, y tenemos miedo de que la telemedicina sea la atención sanitaria que se pretende implantar en Zamora de manera preferente

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En el Área de Promoción empresarial se dicen cosas como éstas: “El objetivo es liberar a la sanidad pública, usualmente abarrotada por dolencias leves relacionadas con la edad, fomentando proyectos de cuidados preventivos, telemedicina y asistencia ambulatoria”. Y entrando en la telemedicina en tres versiones, “teleconsulta, telemonitorización y telecirugía”, dice: “Con el escenario que nos encontramos –envejecimiento de la población, incremento de la movilidad ciudadana, mayor dispersión demográfica- la telemedicina supone un canal idóneo para asegurar una asistencia médica de calidad”. Y sigue diciendo que en Zamora la telemedicina para tratar a personas mayores tiene dificultades como la brecha tecnológica y la deficiente conexión a internet, pero que “La telemedicina en atención primaria ya se está testando en el sistema de salud de Castilla y León.” ¡Pues claro que sí! Pero es que en Zamora muchos estamos a favor de la atención presencial en los consultorios de los pueblos; defendemos que la presencia también cura y crea puestos de trabajo. Queremos vernos las caras, y tenemos miedo de que la telemedicina sea la atención sanitaria que se pretende implantar en Zamora de manera preferente.

Respecto a las farmacias, dice lo siguiente: “Otra necesidad es la regulación homogénea en toda España que permita dispensar medicamentos fuera de las farmacias”. Y ojo: “Entre las alternativas se encuentra que los pacientes deben pagar por ese servicio para que sea sostenible en el tiempo, si bien se muestran partidarios de que sea subvencionado con fondos públicos.” Lo dicho, que hay que pagar los servicios.

También habla de los geriátricos o residencias geriátricas como negocio empresarial, cuando por aquí seguimos necesitando residencias públicas, que también crean puestos de trabajo y que podemos pagar con las bajas pensiones.

Además de lo dicho, se plantean otros tratamientos que incluyen hasta la realidad virtual para entrenar las emociones, la domótica y el turismo sanitario, que en Zamora se vincula a los balnearios, que al menos no afectan a los derechos esenciales a la salud y a los cuidados.

Pero ayer y hoy no podemos tranquilizarnos porque, por si hubiera dudas de lo que se pretende, en el punto del “ámbito financiero” se aclara todo: “Hasta no hace muchos años, las posibilidades de comercialización de los servicios de salud estaban legalmente muy limitadas y eran consideradas poco éticas. Sin embargo, esto ha cambiado (…) Nuevas plataformas están revolucionando la relación con los pacientes clientes.” “La idea de negocio de las nuevas plataformas se fundamenta en que los usuarios de sus servicios abonen los tratamientos o consultas consumidos sin pagar una cuota fija como sucede con los seguros privados”. “De esta forma se genera una oferta sanitaria de tipo low cost, en las que se dan servicios a bajo coste”. Y encima añaden que a las empresas que se instalen se les darán beneficios fiscales.

No lloréis por la leche derramada, las dudas se han ido convirtiendo en certezas. Y además la Junta ha vuelto a financiar un proyecto para Valladolid en lugar de para Zamora, algo que advertíamos porque las propuestas pueden darse en todas las provincias

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Así que, siguiendo con la fábula de Samaniego: blanco y en botella, “leche derramada”. Mas no lloréis por la leche derramada, porque las dudas se han ido convirtiendo en certezas. Y además la Junta ha vuelto a financiar un proyecto para Valladolid en lugar de para Zamora, algo que advertíamos cuando decíamos ayer que las propuestas que se hacen para la Silver Economy en Zamora pueden darse en todas las provincias, porque no tienen nada que ver con el territorio, sino con la comercialización de productos.

No lloréis por la leche derramada porque la gente de Zamora va a seguir llevando el cantarillo de leche al mercado, con precaución y sin dar brincos de contento, para que en el desarrollo de esta provincia no se deje en manos de las empresas los derechos que los zamoranos seguimos demandando: medina presencial en los consultorios, residencias públicas que podamos pagar con las pensiones, y ayuda a domicilio con personas y no con robots, como también se defiende en esta estrategia: “Debemos ir a una sociedad en la que los robots te acompañan en casa, te ayudan con las tareas domésticas, y te recuerdan la medicación”.

Seguiremos con el cantarillo a la cabeza y la pancarta en las manos defendiendo los derechos y la dignidad de las personas sean mayores o pequeñas.

Como decíamos ayer: “Si esto se aprueba en Europa (que será difícil porque hay mucha competencia en esto de la Silver Economy), y si se aplica lo que hemos denunciado hoy respecto a la salud, nos tendréis enfrente con la pancarta del derecho a mantener la sanidad presencial en todos los pueblos y las residencias públicas.”

Como no nos han dado un duro, hoy nos ponemos al lado de quienes defienden un sistema de salud público, un sistema de residencias público y un sistema de cuidados público. Y presencial. Y a partir de ahí, que vengan empresas a vender otros productos, incluida la domótica. Y que ya que la mala de la Junta nos ha dejado tirados, pueda ser el papá Estado el que apoye la tecnología, que no puede sustituir a las personas.

(Por cierto, ¿qué pasaría si en la Diputación se instalara un sistema de domótica, con robots que ayudaran en las tareas políticas? ¡Uf! Menos mal, que hay brecha digital).

(*) Portavoz de IU en la Diputación Provincial

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