La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

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Carmen Ferreras

Se me rompe el corazón

Tomarnos el estrés y otras situaciones emocionales a broma es un error

Ilustración de un corazón partido

¿Cuántas veces hemos dicho y repetido esta conocida frase a propósito de un suceso que nos ha conmovido? ¿Cuántas veces ha sido utilizada en canciones como una metáfora romántica con la que expresar un estado emocional determinado, casi siempre relacionado con el amor o la pérdida de un ser querido? No estamos tan lejos de la realidad. Porque detrás de su significado poético hay una afección cardiaca provocada, en la mayoría de los casos, por situaciones estresantes y emociones extremas. Es, ni más ni menos, que el síndrome del corazón roto o miocardiopatía de Takotsubo, aparentemente efímera, que produce un grado variable de disfunción ventricular, predominantemente izquierda y, por definición, reversible. Gracias a prestigiosas revistas de medicina, hay que ver cuánto y cuánto se aprende sobre la salud y también la enfermedad.

Tomarnos el estrés y otras situaciones emocionales a broma es un error que nos puede conducir directamente a padecer, entre otras afecciones, esa disfunción en concreto. Por su nombre podemos deducir que esta patología fue descrita en Japón. Al parecer su nombre hace referencia a la vasija abombada con el cuello estrecho especialmente diseñada para la captura de pulpos usada tradicionalmente por los pescadores nipones. Su apariencia, similar a la de un reloj de arena, se asemeja a la forma que adopta el corazón cuando se infarta de golpe, cuando se rompe.

El ‘Corazón Partío’ de Alejandro Sanz y tantas otras canciones del género “corazón roto”, tienen un trasfondo real. El corazón también se rompe cuando experimenta un desengaño amoroso, una traición, una emoción estresante, una experiencia vital desagradable, una mala noticia. De ahí la constante advertencia de los expertos con el dichoso estrés y las emociones que, sin duda, hay que saber gestionar para que no nos invadan.

Estamos pues ante un síndrome relativamente raro que viene a representar el 1% de todos los síndromes coronarios agudos. Para no variar, es la población femenina quien tiene una probabilidad mayor de padecerla. El 95% de los casos que se registran lo sufren las mujeres, en su mayoría posmenopáusicas que pierden la protección de estrógenos. Y un 2% de los infartos que se registran en la población femenina corresponde al síndrome del corazón roto.

Al tanto porque, según investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard, tras la muerte de un ser querido el riesgo de infarto, el riesgo de ‘corazón roto’ es mayor entre las personas con factores de riesgo comunes para las enfermedades del corazón, incluyendo la presión arterial alta, el tabaquismo, la diabetes y el colesterol elevado. No entiendo por qué, a estas alturas del conocimiento, se mantienen hábitos que perjudican seriamente la salud.

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