La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

Zamoreando

Carmen Ferreras

Se dispara la delincuencia

Cuidado con el bolso, la billetera, los cajeros y ciertas compras

Fake Kai Försterling

Quiero añadir que no solo es en España. Todo el mundo experimenta auge igual o parecido. No quiero aplicar aquello de “Mal de muchos consuelo de tontos”, pero sí quiero reconocer que algo está pasando en el mundo, para que la delincuencia se enseñoree de las calles. La criminalidad se ha disparado en España. Las lesiones y riñas casi se han duplicado, las violaciones crecen un 26% y los robos violentos un 33%. Y no hay que mirar con prismáticos los distintos escenarios de violencia. También los tenemos por estos lares.

Animo a todas las personas que hayan sufrido un episodio violento a que no dejen de acudir a la Policía Nacional. Cuidado con el bolso, la billetera, los cajeros automáticos y ciertas compras

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Es verdad, a pesar de Irene Montero y Yolanda Díaz, que los delitos sexuales vuelven a ser los que experimentan un mayor crecimiento, pero también suben con fuerza los robos. Las costosas campañas de Irene Montero no están dando los resultados apetecidos. No basta con salir a la calle a vociferar consignas, algunas de lo más peregrino, hay que aplicar unas políticas serias y una mayor contundencia judicial y dejarse de blasonar y decir imbecilidades a las que no terminamos de acostumbrarnos.

Interior achaca el aumento de delitos sexuales a que las víctimas denuncian más por las políticas de concienciación. No se lo cree ni el propio titular del ministerio en cuestión. Esas políticas emanadas del ministerio de Igualdad tienen de concienciación lo que yo de fraile. Tengo para mí que algunas de las consignas y lemas que forman parte de tan costosas campañas no hacen otra cosa que provocar. No lo digo solo yo. Lo piensan muchas mujeres y unas cuantas nos atrevemos a decirlo.

En cuanto a los robos no hay más que leer las páginas de sucesos o ver los espacios ad hoc en los programas de televisión. Se ha pasado del tirón, del empujón, de la caída, directamente al arma blanca cuando no a la de fuego. Se ha desatado una violencia inusitada hasta ahora en materia de robos. Cada vez son más salvajes. A ciertos delincuentes les importa la vida de los demás un comino. Si no les importa la suya, como para andarse con miramiento con la vida del prójimo.

Barcelona está echadita a perder. Se van a cargar el turismo. Porque, encima, los delincuentes la tienen tomada con los guiris y no les dejan ni a sol ni a sombra. Es lo que tienen las grandes capitales. Las pequeñas como Zamora, tampoco pueden dormirse en los laureles. Si no se denuncian, los delitos no existen. Animo a todas las personas que hayan sufrido un episodio violento a que no dejen de acudir a la Policía Nacional. Cuidado con el bolso, la billetera, los cajeros automáticos y ciertas compras.

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