Hace unos días, tal y como ya viene siendo costumbre, el portavoz socialista en el Ayuntamiento publicaba un artículo en este diario cargado de un lenguaje soberbiamente aleccionador en el que acusaba nuevamente al equipo de gobierno de tener varias asignaturas pendientes.
Triste es, y no menos cierto, el hecho de que el grupo municipal socialista viene ejerciendo una labor de oposición bastante infantil, acostumbrados a tirar la piedra y esconder la mano, a lanzar todo tipo de improperios contra la labor del equipo de gobierno y contra la figura del alcalde, y a tener la piel muy fina cuando replicamos sus acusaciones, generalmente sin fundamento o débilmente argumentadas.
El hecho es que mientras el PSOE se dedica a hacer del “populismo zamoranico” su bandera, el equipo de gobierno prevé, analiza y ejecuta, haciendo frente con analítica racionalidad, firme voluntad y pedagogía a la actual coyuntura sociopolítica y económica que atravesamos.
Por “populismo zamoranico” -como aclaración- hago referencia a la actitud del grupo municipal socialista que les lleva a vivir en una campaña electoral permanente, haciendo gala de ser los más zamoranos que pueblan esta tierra, exaltando cuales patriotas e influencers provincianos la cultura de nuestra ciudad y provincia, siempre en clave electoralista.
Por “populismo zamoranico” hago referencia a la actitud a que les lleva a vivir en una campaña electoral permanente, haciendo gala de ser los más zamoranos, exaltados patriotas e influencers provincianos en clave electoralista
Desde el punto de vista discursivo puedo comprender -pero jamás compartir- su estrategia comunicativa. Se trata de un populismo que apela a la patria chica, que como toda corriente de pensamiento de corte nacionalista -en este caso localista- apela a lo sentimental para preponderar sobre lo racional, y que pretende llenar el vacío representativo y programático con followers y retuits, estando siempre a la caza de potenciales votantes.
El gran problema viene cuando, dejando a un lado la estética, sus incendiarias propuestas se tornan contraproducentes respecto a la labor municipal, llegando a traspasar la irresponsable barrera de la deslealtad institucional. El ejemplo más significativo tiene que ver con su posicionamiento respecto a cómo abordar los atentados contra el ornato público. A pesar de mi insistencia en abordar esta problemática con cautela y mutismo, trabajando en cuatro ejes bien definidos (actuación inmediata, labor policial, colaboración ciudadana y concienciación), el grupo municipal socialista continúa abordando esta problemática cual elefante en una cacharrería, buscando la mayor repercusión y notoriedad partidista posible, en detrimento de los enormes esfuerzos llevados a cabo por parte de los servicios municipales que ya están dando sus frutos con los centenares de pintadas eliminadas en distintas zonas de la ciudad, una realidad y un cambio palmario que ya han podido comprobar los vecinos de distintos barrios gracias a la nueva empresa concesionaria de limpieza viaria, y cuya actuación está siendo complementada por la incorporación de los nuevos contenedores y maquinaria que se irán desplegando a lo largo y ancho de la ciudad en los próximos meses.
No se puede estar en misa y repicando, no se puede ser la oposición de la mano tendida y al mismo tiempo ser el grupo más nocivo, con sus propuestas, declaraciones y entremetimientos, para el correcto desarrollo de los servicios municipales
El gran problema del grupo municipal socialista, sin entrar en los navajeos internos que han reducido su presencia política municipal a su peor resultado en democracia, parte, como comentaba, de su actitud. No se puede estar en misa y repicando, no se puede ser la oposición de la mano tendida y al mismo tiempo ser el grupo más nocivo, con sus propuestas, declaraciones y entremetimientos, para el correcto desarrollo de los servicios municipales.
La pedagogía en política es fundamental. Con esto no me refiero, por supuesto, a encarnar una dialéctica sempiternamente aleccionadora, que pretende estar por encima del bien y del mal, regañona y que pretende ser el azote tanto del equipo de gobierno como del resto de los grupos de la oposición. Con ello hago referencia a ser capaces de transmitir, con la mayor claridad posible, los quehaceres de la vida municipal, todo el trabajo que se está sacando adelante como el que se pueda retrasar y quede proyectado para ejecutar.
Asignaturas pendientes, concejales del PSOE, son las que en 2015 se encontró el grupo municipal de IU al llegar a la alcaldía, con una deuda mastodóntica, las estanterías vacías de proyectos y con los contratos más importantes para la ciudad caducados. Tras casi ocho años de gestión, el legado de Izquierda Unida en el gobierno municipal de Zamora dejará los principales contratos actualizados, una ciudad con contenedores y maquinaria renovados, cientos de obras ya ejecutadas en los barrios de la ciudad (aceras renovadas, asfaltados y mejora de caminos, extensión de la iluminación LED, nuevos parques e infraestructuras deportivas, nuevas dotaciones comunitarias, asociativas y culturales…) así como las estanterías llenas de proyectos para el desarrollo de la ciudad en los próximos años -gobierne quien gobierne-; una labor en materia de promoción del turismo que ha conseguido cosechar resultados históricos con la repercusión económica que esto conlleva para el sector servicios, un despliegue en materia cultural que nada tiene que envidiar a las grandes capitales, y una labor de protección y promoción al comercio de proximidad muy positiva a través de las ayudas a la creación de nuevas empresas así como con los millonarios planes RELANZA. Así se apoya al sector, no pretendiendo ser influencers en redes sociales y buscando el minuto de gloria y el autobombo.
Reflexionen. Sean más serios y dejen sus monsergas para el aula, que en la vida municipal son concejales de la oposición, no profesores impartiéndonos lecciones magistrales.
(*) Concejal de Barrios y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Zamora
