La Opinión de Zamora

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Cristina García Casado.

Los telares de Cris

Cristina García Casado

Ni terminar bien Cuéntame

Salvar la serie más longeva de la televisión española es una deuda con los ciudadanos que la llevan pagando con su trabajo 21 años

Ni terminar bien Cuéntame Cristina García Casado

Este jueves un millón y medio de personas vimos Cuéntame, una serie que se emitió por primera vez el 13 de septiembre de 2001. Veintiún años dan para alcanzar a cuatro o cinco generaciones. Para ver con tus hijos la serie que no te perdías los jueves por la noche con abuelos y bisabuelos que quizás ya no están. Cuéntame es casa.

Hemos hecho tanto la broma de que Cuéntame nos va a adelantar que parece que la hemos gafado. En el momento en que escribo estas líneas, viernes antes de comer, Imanol Arias ha roto la baraja dando por finalizada la serie y diciendo, cito literal: “Ya he terminado, he dicho que ya. O me ofrecen un final corto y bueno, o chao mercao’”.

Y después se ha despachado a gusto con la televisión pública, con sus dirigentes y también con sus trabajadores. Ha dicho, en una cadena de Bilbao: “Espero no volver en mucho tiempo a nada público en este país, es insoportable” y “9,000 personas que yo he visto que no hacen nada” y “No quiero volver, que me liberen ya”.

Con una capacidad de destrucción digna de su Antonio Alcántara, el actor lo reventó todo con una frase: “Alguien del consejo de administración socialista, mujer, dijo ‘hay que cortarles la cabeza a estos’, porque empezamos a contar una historia que es muy mala para el PSOE”, en referencia a la trama sobre la corrupción en el gobierno de Felipe González. La productora, el Grupo Ganga, se ha desmarcado de esta afirmación que les hace sentir, escribieron, “abochornados”.

No sabemos cómo continuará este sainete y no sabemos si la serie, que no está ni renovada ni cancelada oficialmente, lo sobrevivirá. Pinta mal. A lo sumo habrá un cierre “corto”, una despedida a la francesa que no nos pega nada. Un estropearlo todo con las patas de atrás que nos representa más. Un no llegar nunca al final, como esos libros de sociales del colegio que pasaban muy deprisa -y si daba tiempo a darlo- por el pasado reciente.

Cuéntame es mucho más que una serie: es patrimonio. Memoria política, social y sentimental para un país que insiste en no recordar su historia y se condena, así, a repetirla

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Yo siempre fabulé con que la serie terminaría el día que empezó en la vida real: el 13 de septiembre de 2001, dos días después de los atentados del 11-S en Nueva York, y que por eso habían enviado allí a Carlitos. Un cierre redondo, una despedida machacona, como las que nos gustan a los españoles.

Cuéntame es mucho más que una serie: es patrimonio. Memoria política, social y sentimental para un país que insiste en no recordar su historia y se condena, así, a repetirla. Salvarla de partidismos, intereses comerciales y otras miserias frecuentes es una deuda con los ciudadanos que la llevan pagando con su trabajo -y no es barata- 21 años. Que no se diga que no podemos ni terminar bien Cuéntame.

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