La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Carmen Ferreras

Zamoreando

Carmen Ferreras

Maldito repunte

Menos feminicidios y mayor contundencia en el castigo

Concentración por una de las mujeres asesinadas este año EFE| Ángeles Visdómine

Ni obediencia ciega, ni sumisión, simple y llanamente, igualdad. No es posible que a estas alturas todavía haya hombres, me temo que hayan perdido la ‘h’ por el camino, que piensen en una relación de pareja bajo esas premisas: obediencia y sumisión. Lamentablemente, en algunos países del orbe islámico, las mujeres llevan ambos estigmas en su condición. Afortunadamente, empiezan a espabilar y luchan contra ello, aunque también en ello les va la vida, como a las hermanas paquistaníes residentes en España, Aneesa y Arooj de 20 y 24 años, víctimas de un crimen de honor, después de que las jóvenes pidieran el divorcio de sus primos para rehacer sus vidas. En esos países están a años luz del nuestro. Sin embargo, en el nuestro asesinar a una mujer es facilísimo. No hay orden de alejamiento que valga.

La semana negra de la violencia machista debe hacernos reflexionar sobre la naturalización de esta lacra pandémica

decoration

Resulta insoportable el maldito repunte de la violencia machista al finalizar mayo. Cuatro mujeres asesinadas en apenas diez días. Seis en todo el mes. Y en lo que va de año son ya 18 las mujeres muertas a manos de sus parejas y ex parejas. La suma y sigue es constante: 1.148 desde 2003. No les puede salir gratis. No puede haber beneficios penitenciarios para las malas bestias capaces incluso de matar delante de sus propios hijos de corta edad. A esos asesinos hay que aplicarles la prisión permanente revisable. Y los psicólogos y demás autoridades penitenciarias no deben dejarse engañar por actitudes fingidas. Se las están dando de todos los lados. Parecen no enterarse.

La semana negra de la violencia machista debe hacernos reflexionar sobre la naturalización de esta lacra pandémica. Estamos como en los peores tiempos. Los números son igual de estremecedores. Las mujeres estamos en la obligación de reaccionar sin seguir las consignas de un Ministerio de Igualdad que criminaliza por igual a todos los hombres. Y eso no se puede tolerar. Las mujeres deben, debemos perder el miedo y hacer lo que sentimos, obrar por nosotras mismas, no por convencionalismos absurdos. Debemos entender que la felicidad, nuestra felicidad, está dentro de uno, en nuestros adentros, no al lado de alguien. Y que el amor no se oye, se siente. Porque el amor no hay que decirlo, que también, hay que demostrarlo.

Estamos en la obligación de caer en la cuenta de que nuestra felicidad depende de una sola persona y que esa persona somos cada una de nosotras. Y lo más importante, por favor, ni hoy ni nunca toca rendirse porque entonces no habrá servido de nada el esfuerzo que hicimos ayer. Las instituciones, todas, están en la obligación de llegar a tiempo. Menos feminicidios y mayor contundencia en el castigo.

Compartir el artículo

stats