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Carmen Ferreras

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Del rosa...

El planeta de la política no necesita más idiotas de los que ya soporta

El ministro Alberto Garzón RAQUEL MANZANARES

El planeta de la política no necesita más idiotas de los que ya soporta por metro cuadrado. Dicho lo de ‘idiota’ no como insulto sino como persona que padece idiocia, sabiendo que se trata de un “trastorno mental caracterizado por una deficiencia muy profunda de las facultades mentales, congénita o bien adquirida, y en el cual la persona tiene un desarrollo físico normal y una edad mental que no sobrepasa los tres años”. Eso, siempre y cuando no sea la típica persona proclive a decir o hacer idioteces. En fin.

En esto de la idiocia o puede que de la idiotez, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, se lleva la palma. La sexualización de los juguetes siempre ha sido uno de los caballos de batalla de este ministro. Basta recordar que, en diciembre pasado, destinó más de 109.000 euros a promover una campaña titulada “huelga de juguetes” que encolerizó a todo el sector. Pues bien, ahora Consumo ha dado un paso más allá, en la próxima campaña de juguetes de Navidad ya no veremos juguetes asociados al rosa o al azul, porque el ministro Garzón prohíbe asociar el rosa con juguetes de niña.

Garzón debería hacérselo mirar, lo digo con total y absoluto respeto, pero lo digo haciéndome eco del sentir ciudadano y la risión que, para la mayoría, representa desde hace tiempo

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Y como lo dice el ministro de Consumo, la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes y Autocontrol se han comprometido a “evitar sesgos y roles de género y la representación sexualizada de las niñas en su nuevo código de autorregulación”. Los vamos a volver tarumba. No puedo compartir esas empanadas mentales de colorines del ministro. Que yo sepa en mi época no había ningún chavalito o chavalita traumatizado por esa circunstancia. Acabaremos fabricando en crochet y como nos dé la gana, los juguetes de nuestros niños. A las familias, el ministro no las doblega, no reciben subvenciones como posiblemente, lo ignoro, sí la reciba la susodicha asociación. Pido perdón si no es así.

En lo que verdaderamente debería poner su atención el ministro que odia el rosa, debe ser producto de un trauma infantojuvenil, es en la cesta de la compra. Digo yo que también dependerá de Consumo. Y, así, detener las subidas constantes que experimentan no ya el caviar beluga, que también, sino los productos de primera necesidad. Es una vergüenza, pero a este señor le da igual. Su fijación con los juguetes da qué pensar. Ya puestos, Garzón debería prestar atención también a los ‘sex shop’ por si observa algún tipo de discriminación en los juguetes sexuales. Todo es proponérselo.

Garzón debería hacérselo mirar, lo digo con total y absoluto respeto, pero lo digo haciéndome eco del sentir ciudadano y la risión que, para la mayoría, representa desde hace tiempo Alberto Garzón.

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