La Opinión de Zamora

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Concha Ventura

Todo lo ha cubierto la noche

Taras Shevchenko, fundador de la literatura moderna ucraniana y visionario

Taras Shevchenko fue en el siglo XIX el fundador de la literatura moderna ucraniana. Además, ha sido también considerado, como un verdadero visionario de la Ucrania actual.

Todo lo ha cubierto la noche

De él es esta frase: “Descansan las gentes honradas; unos rendidos de felicidad, otros fatigados por el llanto. Mas todo lo ha cubierto la noche.”

Su vida fue una historia de superación constante, a pesar de las múltiples vicisitudes a las que debió enfrentarse.

Nació en la época en que todavía había siervos, que debían ser rescatados de sus amos por amigos o conocidos, si querían alcanzar la libertad.

Él nació en una familia de siervos, una forma de esclavitud, pero curiosamente sabía leer y escribir. Con nueve años perdió a su madre y al cumplir los doce se quedó sin padre.

Lo pusieron a trabajar de pastor y en un horno de pan. Pero sus grandes pasiones eran el dibujo y la pintura, ya que cuando tenía un momento libre, se dedicaba a copiar los cuadros que veía en casa de su dueño quien, al descubrir un día su talento, lo llevó a una academia a pintar.

El encuentro de Shevchenko con el pintor ucraniano más famoso de la época Karl Briullov, hizo que no sólo aprendiera nuevas técnicas, sino que entrara en la Academia de Bellas Artes, que estaba prohibida a los siervos, ya que una serie de pintores, como Briulov, pagaron el rescate de su persona para que dejase de ser un siervo, que ascendía a 2500 rublos, los consiguieron porque se rifó, entre la alta clase social, el retrato del poeta Zhukovski. Fue así como se convirtió con 24 años en un hombre libre y pudo ingresar en la Academia de Artes, recibiendo varios premios por sus cuadros, como el óleo del “Joven mendigo dando pan a un perro”.

El encuentro de Shevchenko con el pintor ucraniano más famoso de la época Karl Briullov, hizo que no sólo aprendiera nuevas técnicas, sino que entrara en la Academia de Bellas Artes, que estaba prohibida a los siervos,

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Por entonces empezó a escribir poesía. Y publicó su primer libro El Bardo, cuando aún no era un hombre libre. Sus poemas destilaban dolor por la decadencia y pobreza del pueblo ucraniano.

Acabó ocupando cargos de importancia para el estado, y compuso poesía subversiva, como “La Gran Mazmorra”.

Recorrió su país y fruto de esos viajes, fue el álbum de dibujos sobre “Ucrania pintoresca”. Acabó fundando la Hermandad secreta de los santos Cirilo y Metodio, para intentar reformas en el imperio zarista ruso.

Fue entonces encarcelado y enviado incluso a los Urales, con la expresa prohibición de que no pintara, ni escribiera nada, por haber criticado al gobierno zarista en su poema “El sueño”.

Por participar en movimientos revolucionarios, fue encarcelado de nuevo y enviado a Kazajistán como soldado raso, con la taxativa prohibición de que no podía pintar, ni escribir nada, por supuesto, siguió pintando y escribiendo.

En una casamata compuso estos versos, “Sólo me importa una cosa, / que a Ucrania gente malvada / adormece con astucia, / la saquea envuelta en llamas /. ¡Ay! Eso sí que me importa.”

Uno de sus poemas más famosos se titula “Testamento”, que ha sido traducido a más de 150 idiomas. Lo escribió en la Navidad de 1845, en una ciudad ucraniana llamada Pereislav.

El poema es un canto por la libertad de Ucrania y tiene una vigencia excepcional:

“Cuando muera, enterradme/ en una tumba alta, / en medio de la estepa/ de mi adorada Ucrania/. Así yo podré ver los campos anchurosos, / el Dnieper, sus represas agitadas, / y podré oír también/ cómo braman sus aguas. / Y cuando el río esté atravesando Ucrania / hasta la mar azul / tanta sangre adversaria, / dejaré los campos y los montes / y volaré hacia Dios / a alzarle mi plegaria, / pero hasta que eso llegue / de Dios no sabré nada…/ A mí enterradme, mas en pie vosotros, / las cadenas que os aten quebrantad, / y con la impura sangre derramada, / la Libertad sagrada salpicad, / ya en familia inmensa, / familia libre y nueva, / no olvidéis recordarme / con una buena palabra”.

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