Desde el año 2001 he transmitido a los sucesivos presidentes de la Junta de Semana Santa de Zamora, señores Marcelino Pertejo, Dionisio Alba, Martín Alén e Isabel García, así como a los señores alcaldes Antonio Vázquez y Rosa Valdeón, y en carta de 10 de marzo del año 2010 a ese periódico La Opinión, mi repetida propuesta o deseo como zamorano nativo y cofrade del impresionante Cristo de las Injurias, de animar a todos mis conciudadanos a engalanar los balcones y miradores de sus casas, al menos por los que transcurren los desfiles procesionales de nuestra gran Semana Santa, con la bandera española, de la ciudad o de la Semana Santa, a elección de los mismos zamoranos, por supuesto con crespones negros en razón a la conmemoración dolorosa que tiene lugar.

Creo que la idea anterior contribuiría a su mayor belleza, solemnidad y buen nombre de la ciudad de Zamora, dado que la celebración de nuestra Semana Santa es su mayor acontecimiento tradicional, artístico-religioso, social y cultural, con mayor motivo cuando sus desfiles procesionales han estado suspendidos en los dos últimos años, a causa de la virulenta y mortal pandemia que hemos padecido.

Incluso me atrevo a pedir a la dirección del periódico, que se promueva por el mismo una razonable campaña de opiniones y divulgaciones en el sentido objeto de esta carta.

Yo rezaré por ello al Cristo de las Injurias y a todas las bellas imágenes de la Virgen, que desfilan en nuestras solemnes y tradicionales procesiones.

José Donato Andrés Sanz