Vaya por delante dos aclaraciones: la primera, que este no es un escrito de campaña electoral aunque hable de votar, sino que nos ha coincidido la votación del otros años anodino presupuesto de la Diputación –que es de lo que habla- en plena vorágine electoralista de visitas a esta tierra olvidada; la segunda y más importante, mi respeto por todas las partes del cuerpo -ya sean tripas, cerebro, corazón o incluso las consideradas vergonzantes- porque todas son necesarias para su buen funcionamiento. Algo parecido a lo que sucede con la sociedad, donde todos somos igual de importantes y necesarios.

De manera simbólica, cuando un representante del gobierno de nuestra Diputación dijo que los de la oposición nos oponíamos a su flamante presupuesto con las tripas, supongo que se refería al sectarismo y la rabia de los más bajos instintos políticos que nos impedía apoyar el presupuesto más alto de la histórica institución, que sube diez millones más que el año pasado. Esa misma rabia que, salida de sus propias tripas, les ha impedido reconocer que de esos diez millones de más, nueve procedían del Gobierno de España actual que tiene –según ellos- olvidada a esta provincia. Un olvido sin más importancia, supongo, pese a que este año pueden presumir del mayor presupuesto de la historia de la Diputación zamorana gracias al gobierno antes socialcomunista y ahora comunista del todo, tras las palabras del ministro Garzón sobre lo buena que es la carne procedente de las ganaderías familiares como la mayoría de las que tenemos en Zamora.

¡Hay que tener poco corazón! para criticar a quien defiende la carne procedente de ganaderos como los zamoranos, que cada vez son menos por culpa de la competencia de la ganadería industrial de las macrogranjas, y no por las palabras de un ministro.

Pero eso fue al final del pleno en el que demostraron que sabían votar con las tripas para rechazar desde la rabia las enmiendas presentadas, y sobre todo que no habían elaborado el presupuesto con el corazón en la mano.

Este año pueden presumir del mayor presupuesto de la historia gracias al gobierno antes socialcomunista y ahora comunista del todo, tras las palabras del ministro Garzón

Si hubieran oído los latidos del pueblo de Zamora que sufre una de las mayores tasas de paro y que, pese a ello y por ello, pierde habitantes todos los años, no habrían reducido el dinero para personal y planes de empleo en casi dos millones respecto al año pasado. Olvidarse de que el paro es el mayor problema de la provincia, y bajar dos millones para crear puestos de trabajo públicos cuando el presupuesto aumenta diez, es no tener corazón.

O tener el corazón en la cartera del capital emprendedor y no de los trabajadores. Porque para los partidos de derecha que gobiernan en la Diputación, el desarrollo económico sólo depende de las empresas y de las infraestructuras como los polígonos industriales, y para eso sí dedican el dinero público, de todos. Y no decimos que no tengan parte de razón: por ello no entendemos que hayan perdido un año para subvencionar los polígonos industriales de Benavente y San Cristóbal de Entreviñas con más de dos millones, cuando votaron el año pasado con las tripas para rechazar esa misma propuesta porque la hicimos nosotros. Son duros de mollera por tardar un año en convencerse de que teníamos razón en el apoyo a los polígonos industriales; siguen siéndolo cuando rechazan nuestra enmienda para que pongan medio millón más para promocionar los polígonos de otros pueblos que también lo necesitan, y mucho. Pero sobre todo son duros de corazón porque con voluntad y dinero de todos pueden mantener empleos públicos al menos en la misma cantidad que el año pasado con los planes de empleo. Y no lo hacen.

Como demuestran no tener entrañas al olvidar que en todo el mundo y también en Zamora, persiste la pandemia del coronavirus con sus graves consecuencias en la economía de trabajadores, familias, autónomos y empresarios. Y la Diputación -que hace dos años puso cinco millones de los que no se gastó más que millón y medio para ayudar- lleva dos años votando con la falta de entrañas en contra de implantar ayudas a los parados con un millón para un plan de empleo, y a las empresas y ayuntamientos con trescientos mil euros para cada sector. No es tanto si tenemos en cuenta los cierres de negocios y el aumento del paro. En la Diputación sólo hay corazón para darse cuenta del COVID para los ganaderos de toros de lidia: “35.000 euros, cuyos ganaderos nos trasladaron la dura temporada que están sufriendo con los efectos de la COVID” ¿Dónde está vuestro corazón?

Pese a que somos más pobres y pese a que no quieren dar ayudas directas para paliar las consecuencias del COVID, los diez millones de más del presupuesto no se dedican tampoco a los servicios sociales, cuyo personal desciende casi cuatrocientos mil euros, en la misma cantidad en la que aumenta la oficina de “emprendimiento”. Y que en lo que no se refiere a personal, se mantienen como el año pasado con ayudas a natalidad para niños que no nacen, o al programa Crecemos para niños que no hay; o para ayudar al alquiler y compra de viviendas para jóvenes que no viven aquí porque no tienen donde trabajar.

Olvidan que ha aumentado el sufrimiento económico por el COVID, y la pérdida de servicios como los consultorios médicos y hasta los cajeros automáticos –de los que sí se preocupan con más de cien mil euros porque es economía “financiera”, dicho con ironía. Si les proponemos transporte para acceder a los servicios como ya están haciendo algunos ayuntamientos, “no es nuestra competencia”, responden. Si las diputaciones no están para ayudar a los ayuntamientos ¿para qué sirven? No respondo más que en el presupuesto también bajan las ayudas a los ayuntamientos en medio millón, entre otras las dedicadas el año pasado a equipos informáticos e Internet por satélite. Y ello pese a obligar a todas las asociaciones y personas de los pueblos a utilizar la administración electrónica para relacionarse con la Diputación, por lo que están perdiendo subvenciones ¡Luego dicen de los bancos!

Como sabíamos que los partidos que gobiernan en la Diputación no iban a votar con el corazón para crear empleo público en Zamora; para ayudar a los parados, autónomos, empresas y ayuntamientos que sufren las consecuencias del COVID; para que los zamoranos de los pueblos tengan acceso a los servicios en igualdad; y para que la atención a los ayuntamientos sea una prioridad más que una obligación, intentamos convencerles con datos y cuarenta enmiendas que fueron rechazadas votando con las tripas.

Pero estamos convencidos de que algunas se irán imponiendo con la fuerza del corazón de nuestra gente del pueblo y de los pueblos que sabe que “el corazón tiene razones que la razón no entiende”.

Como no entendemos ni con el corazón ni con la razón que lo que un año rechazan porque lo proponemos nosotros, al año siguiente lo aprueben como suyo. Pero no nos importa. Lo celebramos deseando ¡salud! de todo corazón… Y las tripas a llenarlas con los buenos alimentos de nuestros campesinos, agricultores y ganaderos.

(*) Portavoz de IU en

la Diputación de Zamora