Qué afán animalista tiene el personal que legisla situado más a la izquierda. Desde el pasado día 5 de enero, los animales de compañía serán ante la ley una parte más de la familia. Pasarán a tener un estatuto jurídico diferente al de los bienes materiales y serán considerados “seres vivos dotados de sensibilidad” y no como cosas, lo que les conferirá una consideración de miembros de la familia. Haciendo honor a la verdad, la iniciativa presentada por el PSOE, hereda otras propuestas de la pasada legislatura, concretamente una proposición no de ley presentada por Ciudadanos y una proposición de ley del Partido Popular que no se llevó a efecto porque las Cortes Generales se disolvieron con la convocatoria de elecciones.

Este cambio se debe a una triple reforma legal del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil aprobada definitivamente por el Congreso de los Diputados el pasado diciembre. La norma regula la custodia compartida de los animales de compañía y el régimen de visitas en caso de divorcio o separación y señala que las mascotas no deben ser embargadas o hipotecadas, que no sean abandonadas, que no se les cause sufrimiento o dolor, no se las utilice como herramienta en la violencia de género y que pueda disponerse de ellas por testamento.

Nada que en Estados Unidos y otros países anglosajones no se viniera practicando desde hace muchos años. Las mascotas, equiparadas a los hijos en cuestiones legales. Tanto derecho a heredar puede tener el primogénito, y demás hermanos, que el perrito o los perritos, el gatito o los periquitos que formen parte de la vida familiar. Me parece muy bien que ciertas disposiciones contribuyan a evitar el maltrato animal que tanto deploro. Pero de ahí, a ciertas equiparaciones, media un abismo. Estamos cada vez más cerca no sé si del Planeta de los Simios, de la Isla del Doctor Moreau, de H.G. Wells, o de Rebelión en la granja, de Orwell.

Ojo al dato porque la norma regula la custodia compartida de los animales de compañía en caso de divorcio o separación. Serán los jueces, como no tienen nada mejor que hacer, quienes tendrán que velar por su bienestar en estos casos. Estoy deseando ver avances en lo que a la infancia respecta. A los hijos menores de edad y adolescentes que, a diferencia de las mascotas, sí se convierten en herramientas de violencia: la violencia vicaria que se ha desatado de una forma parece que imparable y que el Gobierno trata de combatir con la que se ha llamado ley “parche”. Nuestros niños me importan más que nuestros perros.