Malas las olas de calor pero mucho peor son las olas de frío. Es cierto que las temperaturas extremadamente altas provocan en España alrededor de 1.300 muertes al año, además de exacerbar patologías cardiovasculares, neurológicas, respiratorias e, incluso, partos prematuros. Dicen los expertos que es una de las consecuencias que está teniendo en la salud de la población el aumento del calor derivado del cambio climático. Afortunadamente, existe un plan nacional para combatir sus efectos. Cabe reconocer que desde su entrada en funcionamiento, el impacto se ha ido reduciendo.

Controladas las olas de calor hay que ponerse manos a la obra con las olas de frío. Tenemos una DANA encima que está haciendo de las suyas. Y a diferencia de lo que ocurre con el calor, cuando las temperaturas son extremadamente bajas, ese factor es el causante de más de 1.050 muertes al año. Con la particularidad de que España carece de planes efectivos para paliar este efecto. Todo esto y mucho más lo recoge puntualmente el nuevo Plan Estratégico de Salud y Medioambiente. Hay otro factor a tener en cuenta: la calidad del aire, cuyo impacto tampoco es desdeñable.

El documento en cuestión que no tiene desperdicio, revela que los contaminantes presentes en el ambiente causan alrededor de 31.000 fallecimientos en España, amén de acelerar ciertas patologías. Estamos acorralados y no nos enteramos. Entre el ‘bicho’ que vuelve a hacer de las suyas, especialmente entre la población no vacunada y los avatares meteorológicos, no levantamos cabeza. Cuando menos lo esperamos, la realidad nos da en todo el colodrillo.

El frío afecta a nuestra salud de mil formas diferentes. El frío no son solo gripes y resfriados. Cuando estamos expuestos a ambientes fríos el cuerpo reacciona con una serie de cambios como un incremento de la viscosidad de la sangre y un aumento de la presión arterial y el ritmo cardiaco. Todo esto añade un estrés al cuerpo que puede provocar graves problemas de salud en personas más vulnerables. Los episodios de frío extremo son también responsables del aumento en las hospitalizaciones sobre todo por causas respiratorias y cardiovasculares.

Al mal tiempo, buena cara y mejor abrigo porque el frío mata más que el calor en episodios de clima extremo. Y, en España, últimamente, los episodios de clima extremo se dan con demasiada frecuencia incluso antes de que el invierno asome su gélida nariz. Lo tremendo es que el número de días de clima extremo va en aumento en todo el mundo durante los últimos años, debido al calentamiento global. Al parecer, el cuerpo no tiene tiempo para aclimatarse al frío cuando ocurren esos días de temperaturas extremas.