Nuestro patrimonio etnográfico es el que la Ley de Patrimonio Histórico Español define como “los bienes muebles e inmuebles y los conocimientos y actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo español en sus aspectos materiales, sociales y espirituales” (Ley 16/1985 de 25 junio, artículo 46).

En nuestro diario La Opinión-El Correo de Zamora del martes, día 6 de julio, se ha publicado un artículo titulado “El valor de los palomares”, con un dossier de fotografías de varios palomares del pueblo zamorano de Villaveza del Agua, digno de encomio.

Por medio de estas líneas quiero felicitar públicamente a la historiadora, Dª. Pilar Valderas, por la brillante idea de divulgar la ruta de los palomares y darles la importancia histórica que han tenido y deben seguir manteniendo en nuestros pueblos, e igualmente felicito al autor del artículo, D. Ignacio Fortuoso.

Recuerdo haber leído, hace ya, varios años, una publicación titulada “Defendamos lo nuestro: El patrimonio histórico de Castilla y León” editada por la entonces, Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla León, consistente en recoger los comentarios y sentimientos en defensa de una de nuestras más importantes señas de identidad, nuestro patrimonio histórico.

En el caso concreto de los palomares de nuestra querida Tierra de Campos, he escrito varios artículos en La Opinión El Correo de Zamora, sobre estos edificios singulares de tierra, adobe o tapial, existentes en nuestros pueblos.

El estado de conservación de los palomares de Villaveza del Agua que, aparecen en las fotografías del artículo titulado “El valor de los palomares”, es inmejorable y pone de manifiesto la sensibilidad de sus propietarios al mantenerlos en tan buen estado, por ello les envío mi más cordial enhorabuena y espero hacerles una visita cuando esté en Valdescorriel.

En el caso de los palomares estamos en presencia de pequeñas obras de arquitectura existentes en el mundo rural que, merecen la mayor protección ayuda por parte de las administraciones públicas a sus propietarios para al mantenimiento y conservación en buen estado de los mismos.

Me produce hondo pesar el estado semirruinoso y de abandono en el que se encuentran multitud de palomares des más diversas formas, redondos, cuadrados, hexagonales, octogonales... motivado por el traslado masivo de la población del campo a las grandes ciudades, la mecanización del campo, el empleo de herbicidas, etc y todo ello unido, ha llevado aparejado la falta de cría de palomas como medio de sustento entre las personas del campo, y en consecuencia, el estado de deterioro actual.

Honestamente creo que la idea de Dª. Pilar Valderas y el artículo de D. Ignacio Fortuoso, son de especial interés, porque ponen de manifiesto que existe un patrimonio rural que hemos heredado de nuestros mayores y tenemos la obligación de conservar y mantener en buen estado, toda vez que ponen ante nuestros ojos la historia de la vida, a lo largo de los siglos en nuestros pueblos castellanos.

Para concluir, diré que la defensa de nuestro patrimonio es tarea de todos, hemos de defender lo nuestro para compartirlo.

Y por favor, que las administraciones faciliten su recuperación y no creen trabas burocráticas. Pongamos manos a la obra y tratemos de mantener nuestro patrimonio rural.

Soy un enamorado de los palomares.

Pedro Bécares de Lera