Se dice, rumorea y comenta que, tras los indultos, Sánchez acometerá una remodelación de Gobierno. Parece que el asunto va más allá de la rumorología pura y dura. Después de un año y medio de tensiones con sus socios de gobierno, con las aguas menos embravecidas, tras la salida del desaparecido Iglesias, Pedro Sánchez parece estar considerando que ha llegado el tiempo de los cambios en su Consejo de Ministros. El Gabinete necesita un relevo urgente y parece que está dispuesto a acometerlo.

Casi en el ecuador de la legislatura, el presidente del Ejecutivo agiliza el primer relevo de su gabinete con el fin de afrontar con nuevo brío el periodo que le resta hasta su próxima cita con las urnas a finales de 2023. Son muchos los ministros ‘quemados’ y con los indultos restándole votos según las encuestas más recientes. Uno de los ministros que Sánchez planea relevar es un peso pesado, ni más ni menos que Carmen Calvo. Después de su derrota con la “Ley Trans”, tras imponer Montero su criterio sobre la autodeterminación de género, la vicepresidenta primera tiene todas las papeletas para salir del Gobierno.

La rumorología apunta a que será Miquel Iceta el que ocupe su lugar. A pesar de haber impuesto su criterio hay otra cabeza visible que también está en juego, la de Irene Montero. Lo demás es pura quiniela, por mucho que las filtraciones salgan directamente de Moncloa. Haciendo honor a la verdad, lo cierto es que la inefable vicepresidenta primera, en reiteradas ocasiones, ha mostrado al Jefe su deseo de salir del Ejecutivo después de que la Covid-19 dejará en ella su penosa huella. Lo sorprendente, de confirmarse, es la ascensión del recién llegado Iceta. Se dice, rumorea y comenta que su desembarco en Madrid se produjo con el punto de mira en el relevo de la vicepresidenta primera.

El baile está servido. Los nombres que suenan en la puerta de salida son los de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. Puede que a Isabel Celaá también la jubilen en esta remodelación. Esta señora nos ha dejado el regalo envenenado de su Ley de Educación y a sus 72 años anhela una retirada digna, que lo será, para ella, claro. Lo que más agradeceremos todos los españoles es que se produzca algo de lo que viene hablándose con insistencia. Al parecer, el jefe del Ejecutivo estudia reducir el número de carteras de su Gabinete que son una exageración, por lo que Bruselas le ha dado un ‘toque’ que no puede pasar por alto. Y ya de paso que se desprenda de tantos asesores como de poco le sirven.