El presidente del Partido Popular, don Pablo Casado, a propósito del tema de los indultos a los presos independentistas catalanes, ha hecho unas declaraciones sobre el concepto que tiene de la “libertad de expresión” muy interesantes. El señor Casado dice que los empresarios y los obispos catalanes no pueden opinar sobre los indultos porque para eso ya está el Parlamento español. Le recuerdo que también ahí su partido es minoritario y perdería su propuesta incluido Vox y Ciudadanos si se sometiera a votación, igual que perdieron las últimas dos elecciones legislativas.

Si lo que usted pretende es que en adelante los telediarios, los diarios hablados y la prensa escrita solo publiquen noticias del tiempo, me da la impresión que tiene una buena tarea por delante y espero que no la pueda culminar porque nadie le tome en consideración. La falsa virtud de proclamar la libertad contrasta con la ortodoxia de reivindicar para el discurso de Rosa Díez en la plaza de Colón la única con derecho a realizarlo en nombre de los españoles. Políticamente doña Rosa Díez no representa a nadie, así pues, subirse en un taburete y soltar un sermón a quien la quiera escuchar, usted fue uno de ellos, aunque medio oculto en un rincón, es una facultad que tenemos los españoles por vivir en un país libre.

Según las declaraciones de usted sobre la parlanchina de Colón dejó, al menos, a la mitad de los españoles fuera de su invento maravilloso, a la intemperie, para que contemplemos la muralla sobre la que el Gobierno de la nación se va a estrellar. A esta Aspasia, devenida a nada, le vendría bien leer la famosa oración fúnebre de Pericles, recogida por Tucídides, sobre la democracia. Para defenderla de insultos como los que tuvo que soportar Aspasia en su tiempo cuando dejó de influir en la política ateniense, cuente conmigo, pero reconozca que sus méritos en política desde que salió del PSOE dando un portazo no han sido reconocidos por los españoles y aplíquese el refrán “una cosa es predicar y otra dar trigo”.

Hace poco tiempo nos enteramos por la prensa que el señor Casado era capaz de cursar toda una carrera de Derecho en cinco meses. A una persona tan brillante es difícil hacerle el más mínimo reproche, aunque los reproches que últimamente le hace al presidente del Gobierno español, no me parece que estén inspirados en las Odas de Horacio que debería releerlas, al menos una de ellas, titulada “Carpe diem”, le produciría un gran sosiego a su espíritu soliviantado.

Mi vaticinio sobre su proyecto político uncido a Vox, ya sabe esa formación que insulta a un representante de los madrileños por ser inmigrante de color, los españoles no tienen reservado a usted un nicho en el panteón de hombres ilustres. Que alguien le diga a la insultadora que los descubridores de la vacuna Pfizer contra el Covid son una pareja de turcos, Oslem Tureci y Ugur Sahin, emigrados a Alemania con sus padres y que Oslem Tureci, a pesar de que su empresa tiene actualmente un valor de cientos de millones de euros, sigue yendo a su laboratorio y a sus clases en la Universidad en bicicleta, aunque supongo que esto para usted suena a monserga.

(*) Portavoz del PSOE en

el Ayuntamiento de Peñausende