No sé qué pasa ni donde está el problema en los círculos taurinos, para negarle al torero de la tierra, Alberto Durán, lo que en justicia venimos reclamando insistentemente los aficionados zamoranos: la oportunidad de lucirse en el ruedo, la oportunidad de demostrar su casta, su valentía, su pundonor, su arrojo, y la madurez que ha ido adquiriendo con los años. Dicen los que de esto saben que en Zamora nace un torero cada cincuenta años. El de Villamor de los Escuderos es el relevo generacional que tantos estábamos esperando. No podemos vivir instalados en el pasado. No podemos hacer del recuerdo una constante. Sin olvidarnos de la grandeza de Andrés Vázquez, lo que ahora tenemos que hacer es reivindicar el lugar que le corresponde a Durán.

No entiendo la postura del empresario de la Plaza de Toros de Zamora. Estamos ante un torero al que le sobra pundonor, ante un torero elegante, cuyo nombre bien podemos pronunciarlo con las mayúsculas de la admiración y el respeto. Un torero para el cartel de ferias. Dele esa oportunidad, permita que saque lo mejor de sí mismo, que sea profeta en su tierra, que nos encandile vestido de luces, como nos encandila con el traje corto. No se puede desperdiciar de la manera que se está haciendo todo lo que Alberto Durán lleva dentro, que es mucho. Valor y ganas no le faltan, los sueños, ahí están, esperando hacerse realidad, pero ¿cuándo?

Quiero agradecer desde estas líneas al ganadero de reses bravas, don Antonio Bañuelos, presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, la oportunidad que le da todos los años a nuestro torero, de matar dos astados en su finca de La Cabañuela, donde el pasado domingo Alberto Durán venció y convenció. Al torero de la tierra le pasa lo que al buen vino, a más años más solera, a más tiempo más buqué. Sólo que Alberto necesita Plaza. Sigo sin comprender por qué no puede torear en la de su tierra, cuando Alberto es un activo que ha paseado el nombre de Zamora por media España.

Tampoco entiendo la falta de apoyo de las instituciones zamoranas. ¿O es que el toreo no genera votos y por eso? Generosidad es lo que le falta a la autoridad competente para echar una mano a los suyos, para arriesgarse, para ponerse por montera el qué dirán y tirar “p’alante”. El de Villamor, merece, ya, el lugar que le corresponde en los carteles. Zamora quiere a su torero. Basta ya de impedimentos, basta ya de excusas. Hay que darle a nuestro torero la oportunidad que su temple y su casta merecen.