Ya en el pasado mandato comenzamos a decirle a Guarido que su gestión económica al frente del Ayuntamiento de Zamora solo llevaría a la casa de todos los zamoranos al desastre, a la ruina.

Él, con su habitual soberbia, venía a decir que éramos unos agoreros que sólo predecíamos el Apocalipsis o el fin del mundo. Tanto, tanto, no; pero ya empezábamos a atisbar que las consecuencias de sus decisiones iban a pasar factura a la ciudad y a los que vivimos en ella.

El alcalde se obcecó en su primer mandato en querer acabar con la deuda del Ayuntamiento. Hizo felices a los bancos, a los que regó con dinero mientras la ciudad se quedaba sin inversiones en sus barrios. No hay más. Guarido es el alcalde con el que los bancos se han sentido más a gusto en la vida.

Y ahora, resulta, ¡oh, sorpresa! que Guarido asume en una entrevista publicada en este diario en las últimas semanas que lo que le decíamos los concejales del Partido Popular durante el anterior y el presente mandato… Era verdad. Es decir, la gestión de Izquierda Unida, tanto en solitario como en conjunción con el PSOE entre 2015 y 2019, llevará a la próxima Corporación Municipal a uno de estos dos caminos: o el endeudamiento o la subida de impuestos.

¿Qué prisa tenía Guarido en acabar con la deuda municipal? ¿Por qué pagar todo aquello que se debía de manera anticipada para satisfacer a los bancos? Ante su incapacidad para conseguir inversiones para la ciudad, atraer empleo o arreglar el día a día de la ciudad… Izquierda Unida solo se ha dedicado a lo sencillo: a mover el dinero de una cuenta corriente a otra. Para eso… no hace falta ser un gran gestor, cualquiera lo puede hacer.

Guarido se ha comido en menos de seis años la capacidad de inversión del Ayuntamiento de Zamora. Y el marrón, permítanme la expresión, se lo va a comer quien entre en el Consistorio de la capital en el próximo mandato. Porque será difícil explicar a los zamoranos que habrá que subir, más de lo que ya lo ha hecho Izquierda Unida en los últimos años, los impuestos a todos los vecinos de la ciudad. Es la única vía a la que abocan a las cuentas municipales.

El alcalde pasó por alto todas las recomendaciones e informes que a este respecto se le venían dando desde la Intervención Municipal. Algo que los concejales del Partido Popular hemos repetido hasta la saciedad. Ahora lo ve, ahora lo va a sufrir. Ese camino que inició Guarido en 2015 nos está llevando a una situación que los zamoranos pagarán en el futuro. Desde que es alcalde la ciudad no está mejor, de hecho, ya se han perdido casi 3000 habitantes desde ese año hasta 2020. Sin gente, sin inversiones y con escaso futuro, dada la carencia de ambición de un equipo de gobierno que sólo ha querido jugar al cortoplacismo para ponerse una medalla que en nada va a beneficiar a los zamoranos.

(*) Viceportavoz Partido Popular en el Ayuntamiento de Zamora