Lo siento. Ya sé, ya sé, que alguno (o alguna) dirá ya está aquí otra vez este pesado llorando. Pues sí y, además, a borbotones. ¿Cómo podemos salir a la calle silbando, como si no pasara nada, mientras la provincia se deshace, se cae a cachos? El enésimo informe sobre despoblación, el del Consejo de Cuentas, nos vuelve a dar en los morros con el puño cerrado: desde 2008 Zamora ha perdido el doble de habitantes que la media regional, un 11,5% nada menos. De aquí a 2035 nos vamos a dejar en el camino otros 30.000 habitantes. ¿No será que además de gente estamos perdiendo dignidad? ¿Es que ya no queda nadie en esta provincia con un mínimo de orgullo para al menos desahogarse y gritar basta ya, hasta aquí hemos llegado?

Perdonen, de verdad, pero no me puedo aguantar. Que nos callemos los ciudadanos de a pie que andamos a lo nuestro, o sea a envejecer y protegernos del coronavirus, todavía tiene alguna pequeña justificación en el miedo cerval que conlleva el espíritu de supervivencia, pero que se callen aquellos a quienes se le suponen ciertas inquietudes como los militantes de los partidos políticos no lo puedo entender

Zamora ya no puede salir sola del atolladero, necesita ayuda, un tratamiento preferencial por parte de administraciones públicas e instituciones. Los que mandan, me da igual en Madrid que en Valladolid, pasan de nosotros y ahí están los presupuestos para demostrarlo, porque el del Gobierno Central es una canallada para esta tierra y el de la Junta un tratamiento de cuidados paliativos.

A los militantes de partidos políticos pido que exijan a sus mandos un poco de justicia para esta tierra y que lo hagan sin miedo. ¡Basta ya de tomaduras de pelo! Hay que comprometerse y dejar de silbar mirando al cielo. Esto se va al garete y nadie va a decirle ni una misa. ¿Para qué queremos representantes públicos que no defienden a su tierra?

Lo más triste es que están dejando caer una provincia que tiene riqueza. Una para los políticos: interésense por el plazo de las concesiones de explotación de los embalses a Iberdrola, investiguen y exijan: ¿por qué no puede ser más barata la electricidad en esta provincia si aquí la generamos? Nada más y gracias por dejarme desahogar. Y perdón.