Mucho se habla en estos días de la inminente llegada del nuevo obispo a la diócesis de Zamora. Mucho se habla de la vacante en la cabeza de la iglesia, guía espiritual de los creyentes zamoranos, pero olvidamos muchas veces que nuestra provincia, la diócesis que incluye a la capital, tiene pueblos que necesitan cercanía con la Fe y esa Fe la trasmite el sacerdote, el cura del pueblo.

En el caso de Benegiles, su cura desde hace cuarenta años es D. Carlos Prieto Bragado, nacido en Torres del Carrizal, pueblo al otro lado del teso, a escasos seis kilómetros de distancia y que hace cuatro décadas cruzaste para quedarte con nosotros. Tomaste el relevo a D. Roberto, del cual poco conocí salvo que a los que hablaban en misa los sacaba al altar castigados.

D. Carlos, Carlos para todos los vecinos de Benegiles, cruzó la línea que divide la religión con la amistad: Te has convertido con el tiempo en referencia de niños, jóvenes y mayores. Persona respetada, querida y sobre todo anfitrión de una casa de cura abierta, en la plaza de Benegiles, la casa del cura está abierta para todos y todas.

Años vividos entre juventud y propulsando la convivencia, has sido impulsor de los campamentos de verano para que el periodo estival en el pueblo fuese más llevadero para los jóvenes, tardes de charla en tu casa al abrigo de un muerdo y un chato. Incansable orador, profesor querido y respetado. Tu labor, cura de pueblo, como digo, ha pasado los límites establecidos, el tiempo hace que las personas asuman competencias personales que no se tienen que tener como tuyas, pero las haces propias, va en tu personalidad. Pacificador incansable, muchos fuegos has apagado, como es normal en una comunidad que cada persona tiene su razón.

Años buenos, años peores que has capeado con tu personalidad humilde y servicial que hacía del momento de la misa de domingo, a la una menos cuarto, un momento de unión del pueblo, un momento de paz y convivencia, haciendo de la parroquia un oasis temporal. Navidad, Las Candelas, Semana Santa, San Gregorio, Santo Tomás…y un largo etcétera de festividades que ha dado luz a Benegiles alrededor de tu homilía.

El pasado domingo, los vecinos de Benegiles, los que pudieron asistir a misa en estos tiempos de pandemia, te quisieron hacer un homenaje, el pleno del Ayuntemiento, haciendo altavoz de todo el pueblo, reconocieron tu labor y aprobaron poner el nombre al salón multiusos, que tantos ratos buenos ha dado a sus gentes, con tu nombre: Salón Multiusos “Carlos Prieto”. Poco homenaje es para el mérito de Carlos, contrario a reconocimientos personales, poco se te puede devolver -más que cariño y respeto- de lo que tú has aportado al pueblo. Homenaje sentido y emotivo, alguna lágrima se vio caer a los que te hemos conocido toda su vida en Benegiles. Con su voz cortada, entre emoción y cansancio, solo pudiste decir lo obvio en una persona con humildad infinita: “No queda bien el nombre al salón”.

Los homenajes se realizan cuando ya tienes una trayectoria y arraigo en un sitio, cuando tienes una edad que avalen tus hechos, cuando las personas, en este caso de Benegiles, te respetan y te quieren. Nada más que desde estas líneas desearte una larga vida, muchas misas mas, muchos ratos por el pueblo, jugar la partida y ver ganar al Barcelona.

Valeriano Martín

Alcalde de Benegiles