Incluso para Messi que es argentino. Pero vive en Cataluña y sabido es que todo se pega menos la hermosura. 700 millones son muchas pelas, demasiadas, hasta para un multimillonario como Lionel. El culebrón de las postrimerías del raro verano 2020 que estamos viviendo, ha tocado a su fin. Como todo el mundo sabe, especialmente los culés, a los que felicito, aunque servidora sea madridista y del Zamora C.F., Lionel Messi, aguantará un año más en el Barça de Bartomeu.

Ha traído en vilo a todo titirimundi. Ha puesto a la afición en pie de guerra, dispuesta a llevar a la Junta Directiva de FC Barcelona a la hoguera si ello hubiera sido necesario. A Messi, ¡ni tocarlo! Sólo que Messi ya no quiere estar en el Barça, no le emociona como antes, ha tocado techo y agotará su contrato en el Club azulgrana. Como se dice en estos casos, el argentino seguirá dándolo todo, una temporada más. Pero ya nada será igual. Finalizada la Liga española, su destino será otra muy distinta. Puede que en el Reino Unido, puede que en Francia, puede que en Italia. Es una incognita.

Que ningún aficionado piense que Messi se queda por amor a ellos porque el jugador lo ha dejado bien claro: “Voy a seguir en el Club porque el presidente me dijo que la única manera de marcharme era pagar la cláusula de 700 millones. O eso o ir a juicio”. Y, claro, el número 10 nunca iría a juicio contra el Barça que le ha hecho millonario, que pagó de mil amores ante su potencial futbolístico el costosísimo tratamiento que permitió corregir el problema de crecimiento que tenía el astro del balompié, algo relacionado con la hormona del crecimiento que lo convertía en un jugador en exceso bajito.

No dudo que Messí lo dará todo en este último año en can Barça, como tampoco dudo que todo ha sido por una cuestión de dinero. Si no hubieran existido esos 700 millones que le reclamaba el Club se hubiera ido a las bravas, Messi sería a estas alturas, jugador de cualquier otro equipo europeo de los muchos que han entrado en tan particular liza. Su decisión está tomada y nada ni nadie le va a hacer cambiar. Ahora sí se puede decir que Messi tiene los meses contados en el equipo catalán.

Y, otra cosa, el ocho que le endosó el Bayern, nada tuvo que ver como pensaban tantos. Messi estaba ya cansado y con la decisión de irse tomada. Sólo los 700 millones de la dichosa cláusula han impedido materializar su deseo.