A lo largo de los meses que llevamos de pandemia, no parece tan evidente que las autoridades sanitarias hayan aprendido mucho sobre la mejor forma de combatir el virus. Ahora, con los brotes que se observan en la mayor parte del país, empieza a cundir la preocupación por un aspecto que ni siquiera se había tenido en cuenta durante el estado de alarma: la necesidad de disponer de rastreadores para seguir la pista de cuantos han estado en contacto con los contagiados y frenar así una nueva oleada de casos que haría inviables los planes de reconstrucción a pesar del maná de los fondos europeos.

Jesús Madrid