Después de dos meses en la UCI hemos subido a planta. Es una buena noticia que se reanude la actividad de muchos negocios y que podamos reencontrarnos en calles, plazas y terrazas, pero no debemos lanzar las campanas al vuelo. Aún estamos en periodo de convalecencia y muchas decisiones que tomemos en las próximas fechas condicionarán irremediablemente el futuro de Zamora y de los zamoranos. Como señalaba el autor del Siglo de Oro Baltasar Gracián, en su "Oráculo manual y arte de prudencia", "muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio" y, si no somos capaces de aplicar el antídoto necesario en cada momento, vendrán nuevos males y se agravarán algunos que ya padecemos.

Desde que comenzó el confinamiento, los concejales socialistas hemos presentado numerosas propuestas para la reactivación económica y, muy especialmente, para apoyar el comercio local de la ciudad. A los nuevos hábitos de consumo y a las compras por internet, se suman los efectos de esta crisis sanitaria, que empeorarán la precaria salud de nuestras tiendas, autónomos y pymes. Se han destinado subvenciones directas para intentar detener la hemorragia que muchos negocios y profesionales están sufriendo pero, ni la ayuda está llegando a todos los que lo necesitan, ni será suficiente para superar el enorme varapalo en sus expectativas de futuro. Por ello, aunque es imprescindible que la inyección de dinero público se produzca, no es menos importante que se efectúe de manera inteligente y que sirva para evitar que numerosos establecimientos se vean obligados a bajar la trapa definitivamente.

Como cualquier fármaco, estas medidas económicas solamente serán efectivas si se cuenta con un diagnóstico adecuado y se aplican las dosis necesarias. Siguiendo el símil de la enfermedad, de poco servirá ir recetando antibióticos sin asegurarnos de que sirven para los fines médicos esperados. Conscientes de esta situación, desde el grupo municipal del PSOE hemos mantenido conversaciones con ayuntamientos de algunas capitales de provincia cercanas y con características similares a nuestra ciudad, como es el caso de León y Soria. Gracias a estas reuniones, hemos podido conocer de primera mano muchas de las iniciativas que están poniendo en marcha, y que pueden complementar y enriquecer las que se están llevando a cabo en Zamora.

Entre ellas, destacan los bonos para reactivar el consumo de proximidad, que está siendo una de las medidas clave para recuperar el pulso de pequeños negocios que ven peligrar su supervivencia. Esta iniciativa, que lleva funcionando desde hace tiempo en muchos municipios vascos, se ha ido extendiendo a otros municipios de la geografía española como Mérida, Burgos o Xátiva. Los "Zamora Bonos" permitirían que los consumidores adquiriesen unos bonos para ser gastados en establecimientos y pequeños comercios de la ciudad, de los cuales el Ayuntamiento abonaría un porcentaje del importe. En líneas generales, las bonificaciones al consumo aplicadas por estos municipios suelen estar entre el 25% y el 50% del importe total, mientras que la cuantía de los bonos suele ir desde los 20 euros hasta los 60 euros. Las fórmulas son variadas y flexibles, pero todas ellas coinciden en que, con un esfuerzo económico moderado por parte de los ayuntamientos, se logra un impacto significativo en la maltrecha economía de muchos negocios. Este impacto no debe ser menospreciado, ya que puede marcar la diferencia entre su supervivencia o su cierre definitivo. Sin derroches ni dispendios, medidas como los "Zamora Bonos", ayudarían a superar estos momentos críticos. Para ello, desde las instituciones debemos poner toda la carne en el asador y no quedarnos a la expectativa, mientras los trabajadores y trabajadoras ven en riesgo sus puestos de trabajo o pueden ver peligrada su reincorporación laboral tras haber sufrido un ERTE.

Este tipo de medidas también tienen el beneficio de animar y facilitar que el consumidor se decida por el consumo de cercanía. Como señalaba en otra ocasión, detrás de los escaparates de nuestras tiendas están los nuestros, estamos nosotros mismos y está el futuro de todos los zamoranos y zamoranas. Lograr cambiar las pautas de consumo no será tarea fácil, pero vivimos tiempos volátiles en los que hemos demostrado una gran capacidad para modificar nuestras rutinas diarias y para adaptarnos a unas circunstancias excepcionales por el bien común. El Ayuntamiento de Zamora debe ser la punta de lanza que estimule nuevas formas de consumo, activando la demanda interna, logrando acuerdos con comercios y fomentando un consumo sostenible y responsable con nuestro entorno más inmediato.

Esta primera fase, y las que la sucederán, traerán nuevos retos que marquen el devenir de la ciudad. El último Pleno Municipal dejó patente que podemos optar por la bronca y el cruce de acusaciones, o demostrar unidad para que las medidas se implementen con consenso y con el mayor apoyo social posible. También sirvió para valorar si debemos conformarnos y permanecer expectantes, o si es preciso actuar para corregir tendencias negativas antes de que sea demasiado tarde.

Desde el PSOE en el Ayuntamiento de Zamora tenemos claro que nuestro apoyo sin fisuras a las medidas económicas de Izquierda Unida es inseparable de nuestra exigencia para rehuir del conformismo. No podremos superar con éxito esta convalecencia si nos resignamos a nuestra suerte y no somos capaces de mirar más allá de siglas e intereses partidistas. No hay tiempo que perder. Las decisiones que tomemos ahora serán trascendentales y definirán si somos capaces de cumplir el principal compromiso de nuestro mandato, el compromiso de salir adelante de esta crisis sin dejar a nadie atrás.

(*) Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Zamora