Me creo a pies juntillas la letra de aquella cancioncilla infantil, 'Vamos a contar mentiras', que contenía estrofas como: "por el mar corre la liebre, por el monte la sardina. Me encontré con un ciruelo cargadito de manzanas. Comencé a tirarle piedras y caían avellanas". Algo así nos pasa todos los días con la sarta de mentiras que nos cuentan unos y otros. Por las ruedas de prensa del Gobierno corren raudas las mentiras. Cada día nos intentan colar aranas de todo tipo: económicas, sociales, sanitarias, de gestión o más bien de indigestión. Y así estamos, dejándoles hacer o, mejor deshacer, con todos los poderes en sus manos y tan campantes, moviéndose como peces en el agua por ese mar de mentiras que espero les ahogue.

Llevamos un tiempo escuchando la palabra ERTE, cuyo significado por fin conocemos: "Expediente de Regulación Temporal de Empleo". La palabra ERTE ha entrado de lleno en nuestras vidas y en nuestras haciendas. La palabra ERTE ha entrado de lleno en el vocabulario que se agranda o puede que se empequeñezca si lo pensamos bien. Sabemos que cada día que pasa son más las empresas que se suman a realizar este tipo de expedientes a sus empleados y se estima que cientos de miles de personas acabarán padeciendo esta medida.

Si las empresas están cerradas y no producen, el ERTE es una consecuencia lógica. Según informó el presidente pedro Sánchez, tras el Consejo de Ministros del Martes 17 de Marzo: "los ERTES de esta crisis serán considerados de fuerza mayor". El presidente del Gobierno y sus ministros nos han repetido hasta la saciedad que durante un ERTE, será el Estado el que pague la prestación a los trabajadores. No sé si decir que eso es incierto o directamente que eso es mentira. Se lo concederán a las grandes empresas, como siempre. El Corte Inglés que despide a 28.000 trabajadores, Meliá, Barceló y así hasta 33.000 empresas en toda España. Pues bien, una vez más el gobierno de Sánchez está ninguneando a las Pymes que han argumentado, que han justificado su ERTE.

En Zamora, son cada día más, las empresas que lo han solicitado para no dejar a sus empleados sin nada y se les ha denegado. El Estado o quien sea tiene que responder en cinco días y lo dejan para el último, cuando las esperanzas están empezando a reverdecer. ¿Por qué ese empeño en mentir a los ciudadanos?, ¿por qué ese empeño en crear mecanismos que no funcionan? Todos los trabajadores que no sean reconocidos como esenciales están obligados a quedarse en casa. Eso se está haciendo desde el pasado lunes. La consecuencia inmediata de la empresa en la que trabajan, al no producir, es el tan traído y llevado ERTE. Pues bien, para qué molestarse si es un invento que no tiene salida alguna.

El ERTE, para un buen número de empresas que han debido aplicarlo y que las están pasando canutas, es una quimera, una utopía. Para los empresarios afectados es casi delictivo que sigan hablando de un mecanismo sin solución. La única verdad es que el Gobierno de España no tiene dinero y no puede repartir tanto como había prometido. A los empresarios los ha ninguneado, los ha dejado tirados y a los trabajadores poco más o menos. Cuando quieran volver a su antigua empresa y vean que no hay fluidez económica, que no hay de donde sacar para ir tirando, a ver qué hacen. No creo que se pueda recuperar en mucho tiempo el ritmo pleno al que apelan algunos ministros. Presentar un expediente de regulación temporal es ya un absurdo del que empiezan a desistir los empresarios escamados. Sabido es, como reconoce el refrán, que "prometer y no dar no descompone casa". Y eso es lo que ha hecho, eso es lo que está haciendo este Gobierno que teje su día a día con mentiras y más mentiras.