Cuatro han sido los estadios que han acogido al primer equipo de fútbol de la capital. "Pantoja", ubicado en Las Tres Cruces, con un terreno de juego de tierra y apenas unas pocas filas de gradas, fue el primero que acogió al "Atlético de Zamora", aquel de los Cobas, Chillón y compañía. Fue el "Ramiro Ledesma", ahora Ciudad Deportiva Municipal, el que dispuso de una tribuna, cubierta en parte, que estrenó césped en el rectángulo de juego, y vio como pasaron grandes jugadores, como Cela, que llegó a jugar en el "Real Madrid", o Martínez Jayo, que jugó varios años en el "Atlético de Madrid", aquel que cuando estudiaba en el Instituto "Claudio Moyano" se descalzaba para tirar los penaltis. "La Vaguada", dio un paso adelante al disponer de gradas distribuidas por el perímetro del césped, y acogió a magníficos jugadores, entre ellos al mejor lanzador de faltas de España, Agustín Prieto "Pollo", natural de Salamanca, según manifestó Javier Clemente en varias ocasiones, siendo seleccionador nacional. El actual "Ruta de la Plata" ha sido testigo, en varias ocasiones, de estar a punto de ver ascender al primer club de la capital a la categoría de la segunda división "A", no habiéndose explicado nadie como habiendo contado con un equipo integrado por excelentes jugadores que jugaron unos "play off" espectaculares, no pudo conseguirse.

Hace un par de años, el "Zamora C.F", ya descendido a la "Tercera División", estuvo a punto de desaparecer, pues arrastraba una deuda endémica, que se iba pasando de una directiva a otra, como la "falsa monea", y de no haber sido porque una empresa madrileña, decidió hacerse cargo del club, hoy solo podría hablarse del pasado. En breve, el club se constituirá en una sociedad anónima deportiva, porque no hay que olvidar que quien se ha hecho cargo de él no es una ONG, sino una empresa mercantil que, lógicamente, querrá rentabilizar su inversión, ni más ni menos lo que haría cualquier otra sociedad en cualquier otro campo del mercado.

Según dicen los que entienden de este tipo de negocios, los clubes comienzan a ser rentables a partir de la "Segunda División A", que es cuando los ingresos por derechos televisivos y publicitarios pueden permitirlo. De manera que, se supone que las aspiraciones del Grupo Vivir, propietario del club, pasarán por tener como objetivo el ansiado ascenso, para no perder dinero en la operación. Eso ofrece cierta confianza de que el club llegue a alcanzar el ascenso en algún momento, más próximo que lejano, porque de no ser así se verían obligados a dar su iniciativa por fallida. De manera que, de llegar a cumplirse sus previsiones, Zamora contaría con un equipo de fútbol en la categoría que siempre soñó, y la empresa propietaria obtendría unos beneficios que compensarían el riesgo que le ha supuesto hacerse cargo de un club que en este momento no es, en absoluto, rentable.

En el momento actual el "Zamora C.F" está batiendo récords deportivos de todo tipo, no solo en la "Tercera División", sino en el amplio abanico de categorías del fútbol español, incluso en el conjunto de Europa, al haber ganado más partidos que ningún otro club, además de haber conseguido el mejor golaverage. De hecho, un reconocido programa deportivo de un canal privado de TV ha emitido, el pasado lunes, un reportaje sobre ello. No se recuerda haber visto al "Zamora C.F" gozar de una situación tan positiva y confortable como la de ahora, lo que hace pensar que esta vez sí podrá llegarse a conseguir el ascenso a "Segunda B", condición sine quanum para irse acercando a la rentabilidad económica. Mientras tanto, la afición disfruta de esa posición privilegiada que ahora ocupa el club de sus amores, y sueña con poder conseguir aquello que otros no pudieron o no supieron hacer en su momento.

Lejos ha quedado la época romántica en la que el fútbol era solo un deporte y sus gestores un grupo de aficionados que hacían lo que podían. Ahora lo que prima es el negocio, y eso requiere profesionalidad en la gestión, además de una excelente preparación técnica y física de los jugadores, porque si alguno de esos pilares no llegara a sujetarse el proyecto se vendría enseguida abajo y el club caminaría, como cualquier otra empresa, hacia la transformación, disolución o desaparición, según los casos.

Cincuenta y dos años lleva el club con la denominación de "Zamora C.F", a los que hay que sumar los veinte que estuvo con la de "Atlético Zamora", de manera que no sorprende a nadie que los aficionados le hayan cogido cariño y piensen que setenta y dos años de existencia pasando por cuatro estadios de fútbol, es suficiente bagaje para tratar de impedir que el club desaparezca.

El presente es lo que existe, y en este momento la situación del "Zamora C.F" es brillante y optimista. Así que, siendo las expectativas alentadoras, y abundantes los deseos de la afición de que siga siendo así, lo que procede es disfrutar de ello mientras dure, y ojalá sea por muchos años.