Me niego a que las tradiciones de toda la vida se diluyan en lo foráneo. Por mucho que algunos se empeñen en introducir a Papá Noel, incluso en vistosas cabalgatas donde se derrocha bastante dinero, teniendo como tienen la Navidad y los niños una cabalgata milenaria, me quedo con la magia, con la majestad, con la solemnidad y la grandeza, de la verdadera y única cabalgata, la de Melchor, Gaspar y Baltasar. En esa llegada es donde se deberían aunar esfuerzos y dinero por parte de todos, para darle lo que en los últimos años parece faltarle. Eso de ser 'reyes' no cae muy bien a según qué sectores de la población. Menos mal que cuentan con el añadido de 'magos' y ahí no hay quien les gane.

A los tres Reyes Magos, les ha tocado la peor parte. Llegan al final, cuando las luces se apagan y, encima, este año con una meteorología que no va a poder con la fuerza, las ganas y la ilusión de los niños y las niñas zamoranos. De las lucecicas, qué puedo decir que no hayamos experimentado todos. Un pelín mejor que las del año pasado, pero muy justicas, muy escuetas, poco llamativas. Ni siquiera han encendido los árboles de verdad, los pocos que se reparten por las calles de Zamora. Por eso le pido a los próximos visitantes de la Navidad, que le traigan al señor Guarido un poco más de generosidad, un poco más de magnificencia. No va a poder con las pintadas que crecen como por generación espontánea, no va a poder arreglar los numerosos baches que se levantan por doquier, no va a poder evitar que sigan cerrándose comercios (Marionnaud lo hará el próximo día 23), pero como dinero hay en las arcas municipales, gásteselo, señor Guarido, en darnos alegrías para estos cuerpos serranos, lo digo por el frío, de los zamoranos. Volveremos a examinarle en San Pedro.

Quiero pedir a Sus Majestades, salud para todos los zamoranos. Que la lista de nacimientos empiece a superar a la de defunciones. Que no se nos vayan más zamoranicos, que nos dejan un hueco en el corazón y el alma hecha jirones. Que hablen con la 'Suerte' y le digan que se deje caer por Zamora en forma de 'Gordo de Navidad'. Y en su defecto el 'euromillones' que tampoco está nada mal. Quiero pedirles también que nos traigan empresas, muchas, para que todos los zamoranos tengan trabajo y los que se fueron en busca de nuevos horizontes puedan volver. Ya puesta que arreglen pronto Montelarreina y nos traigan a los militares prometidos. Zamora siempre fue plaza militar. Y que bien nos iba por aquel entonces.

Este año, se despiden de sus puestos el coronel de la Guardia Civil, Manuel Rodríguez Zabala, el comisario jefe de Zamora, Ubaldo de la Torre Vecilla y el subdelegado de Defensa, Coronel José Andrés Cuéllar Izquierdo. Tres pérdidas irreparables. Que les acompañe la suerte y que sus puestos vacantes se vean pronto ocupados por personas como ellos, entregadas, cercanas, voluntariosas, extraordinarias. Y, sobre todo, majestades, llenad Zamora, la capital y la provincia. Estamos perdiendo habitantes a pasos agigantados en medio de la incompetencia de estos políticos que tenemos y que de poco nos sirven. Si os los pudierais llevar a todos no creáis que los íbamos a echar de menos. Pero, llenad la Zamora vacía, la Zamora vaciada por una inercia perjudicial para el censo, para la economía, para todo. También tendremos que poner algo de nuestra parte, sólo que los zamoranos somos poco voluntariosos. Ah, y que las enfermeras de Puerta Nueva se refuercen con nuevas incorporaciones y así dejen de 'doblar' a las compañeras ausentes. Por favor, tened en cuenta lo que aquí digo porque son algo más que deseos. Muchas gracias.