En esta Jornada de la Sagrada Familia quisiera rendir homenaje agradecido a una familia muy especial que va más allá de los lazos de la carne o de la sangre. Una familia de Manos Unidas que, desde el primer minuto de su fundación, asumió en su ADN aquella lección del Divino Maestro en la que explica que se toma como hecho a Él mismo lo que hagamos a los demás.

Sesenta años han pasado desde que aquel grupo de mujeres de Acción Católica en España declararon la guerra al hambre. Lo hacían en un contexto en que este país todavía se estaba recuperando de aquella lamentable guerra civil y la realidad del hambre causaba devastación en no pocos lugares del planeta. La falta de reconocimiento que por entonces sufrían las mujeres no fue excusa para que este grupo de valientes se quedara de brazos cruzados. A día de hoy el balance es que, en tan solo seis décadas, Manos Unidas (ONG de la Iglesia Católica) ha sido capaz de producir cambios muy significativos en las vidas de millones de personas. Lo ha hecho con grandes esfuerzos, enfrentándose a realidades muy duras y contando también con el apoyo generoso que han traído sus campañas de sensibilización en España. Ya se cuentan por decenas de miles los proyectos de desarrollo que han puesto en marcha en los países del Sur.

Clara Pardo, Presidenta Nacional, explica que en este año de 2019 solo conmemoran el nacimiento de la organización pero que no lo celebran, porque el hambre de 821 millones de personas no puede nunca celebrarse. Es cierto: el único momento que realmente podrán festejar será aquel en que pueda escribirse la palabra "fin" en esta lucha. Ojalá que sea muy pronto y que, en estos días de "excesos", no solo arrimemos el hombro a los pobres de cerca (como los acompañados por Cáritas), sino que también nos sumemos cuanto antes a esta "guerra" a favor de los pobres de lejos.

Hace poco más de un mes, cerca de 2.500 personas, tuvimos la fortuna de disfrutar de un inolvidable concierto solidario a beneficio de más de 21.000 alumnos y profesores de Lugazi, en Uganda. Tuvo lugar en el Auditorio Nacional de la Música de Madrid. La prestigiosa Orquesta Sinfónica Nacional Checa, dirigida en esta ocasión por Inma Shara, nos hizo vibrar con la mejor música de cine por un mundo nuevo. No quiso faltar ni la Reina Doña Sofía que, como es sabido, siempre ha mostrado gran sensibilidad y apoyo hacia los pueblos subdesarrollados. Tampoco faltaron obispos y numerosos embajadores de los países donde Manos Unidas está presente. Ya somos cerca de 76.000 los socios que formamos esta gran familia de Manos Unidas. ¡Únete sin más espera!