Tratar de negar la evidencia sobre la Iglesia como creadora de puestos de trabajo, como empleadora es un error que sólo hay que atribuir, todo el mundo sabe a quienes: a los sectarios. Darle una patada a la Iglesia en el culo de servidora es algo que se pondrá de manifiesto en cuanto este zamoreando vea la luz. Hay quien destila tanto odio personal que se le nota a la legua. Cuanto más odio, cuanta más crítica destructiva, cuanto más se personalice en la descalificación, más me crezco. Dicho lo cual, continúo diciendo que la Iglesia católica es como el agua, 'un bien' en este caso social para España y para los españoles. Y si no que se lo pregunten a los españoles y no españoles que se benefician de la solidaridad de la Iglesia y a los miles de empleados de la Iglesia católica.

Empiezo por decir lo que revela la Memoria de Actividades de la Conferencia Episcopal en la que se destaca que la Institución crea medio millón de empleos y que su impacto económico es cinco veces lo obtenido en la casilla de la renta. La Iglesia en España es la que más hace, con mucho, por los ciudadanos más vulnerables, por los que se encuentran en el umbral de la pobreza, por aquellos que ya lo han traspasado, por los solos, por los afligidos, por los enfermos, por los drogodependientes, por los transeúntes, por las familias, por la infancia, por los inmigrantes... La lista es enorme y en todos los frentes está la Iglesia católica dando de comer al hambriento y de beber al sediento, vistiendo al desnudo, dando posada al peregrino, compañía a los presos y así hasta alcanzar en plenitud las obras de misericordia, no sólo las corporales, también las espirituales. Ahí está para corroborarlo, con cifras y datos incontestables, la joya de la corona: Cáritas.

Quien no lo quiera ver así es un necio de magnitud también incuestionable. Nadie ha puesto en duda, tras la aparición de la citada Memoria que la Iglesia católica le ahorra al Estado decenas de miles de millones hasta el punto de que, si fuese una autonomía, ocuparía el tercer puesto entre las de más peso. Estamos en la obligación de reconocerlo porque es un hecho real. Los más reacios se equivocan de medio a medio, hasta el punto de que en el universo de la educación, los tan traídos y llevados centros concertados que algunos quisieran borrar del mapa educacional, la Iglesia le ahorra al Estado, 3.324 millones de euros, además de dar trabajo a 127.093 trabajadores. Redondeando las cifras, lo que antes decía, más de medio millón de personas trabajan en España gracias a la Iglesia católica, hasta el punto de que la Iglesia es, con mucho, la mayor 'empresa' española.

Además, a diferencia de ese batiburrillo de ONGs más y menos conocidas, la Iglesia es absolutamente fiable para el Estado, ya que administra al dedillo y tiene implantación, tiene presencia social. Ocho mil y pico centros en los que se asiste a casi tres millones de usuarios son datos que no se pueden rebatir, porque están ahí, porque el Estado español lo sabe. Lo que pasa que cuando hay que dar guerra, sacar a relucir las filias y las fobias, los odios contenido e incontenido, no me diga por qué siempre se escoge como diana la Iglesias. Quisiera saber qué hacen otras confesiones. A la Iglesia Católica, cuando se llama a su puerta siempre abierta, le importa un bledo la ideología y la religión del que busca su ayuda. Hace el bien sin mirar a quien. Aunque a veces le claven por la espalda la daga de la maledicencia y cosas peores. Como empleadora, la Iglesia católica no tiene precio. Y sin posibilidad de Eres vergonzosos.