Seguramente muchos lectores de nuestro periódico habrán llegado al estremecimiento cuando miran atónitos las páginas del coleccionable del Primera Guerra Mundial y cotejan los desastres parecidos de la Segunda tanto en daños materiales como víctimas. Hay tanta documentación que cualquiera puede hacer una visita a trincheras y campos de batalla, a ciudades en escombros y a hornos crematorios donde la persona es un escombro más hecho cenizas.

El siglo pasado fue rico en avances de la ciencia desde que se pueda arrancar una muela sin dolor a arrancarnos el corazón y poner otro de recambio. Pero hubo dos confrontaciones mundiales que no hay ciencia que lo acabe de explicar si no acudimos previamente a la necedad humana como primera hipótesis. No sé si tanto autodaño habrá servido de escarmiento para no enzarzarnos en la tercera contienda. Acaso sí. Puede que hayamos caído en la cuenta que no habrá una cuarta.

Ya no vale aquello de los romanos que traducíamos en las primeras clases de latín: "Si vis pacem para bellum" porque los arsenales de hoy son tan mortíferos que bien podemos decir que si se emplean, en verdad no habrá más guerras ni personas para contarlo. "Si quieres la paz, prepara la guerra". El último que utilizó la frase con tardío acierto fue Winston Churchill y desde entonces y tras la guerra fría ya sólo hay que prepararse para lo peor a no ser que incitemos a la gente jóven a la paz con tanto ahínco como al consumo, cosa que por desgracia no sucede. Y tocante a la información de hechos que no han de volver a repetirse LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA se lo ha tomado en serio con los fascículos ilustrados de la Primera Guerra Mundial. No sirvieron de escarmiento matanzas como la de Verdún o el Somme donde la carnicería humana fue un enjambre multiplicado de muertos de ambas partes. Poco más de veinte años después vino la Segunda Guerra Mundial. Qué poco duran los escarmientos! Siendo sinceros, por muy mal que fueran las cosas en Europa seguro que en ese periodo de tiempo no se hubieran producido tantas muertes ni tantos millones de víctimas mantenimiento la paz. Es cierto que no siempre es posible mantener la paz cuando una parte está empeñada en hacer la guerra a toda costa. Francia soportó la invasión de Alemania. Decíamos que son incontables los horrores bélicos. Hay nombres del horror que a todos nos suenan Mauthausen, Hiroshima, Stalingrado, pero otros son menos conocidos y no por ello menos espeluznantes, por ejemplo Oradour-sur-Glane: pequeño pueblo francés donde entraron los nazis fusilando a los hombres para luego encerrar a mujeres y niños en la Iglesia y prenderles fuego.

Este pueblo no ha sido reconstruido para recuerdo de lo peor de nuestra especie que no se debiera repetir, aunque tenemos reciente Alepo. (Y decimos a los niños que no aprenden!)

Otro niño, criado en Dresde, escribió, de adulto, sus recuerdos infantiles de esa ciudad joya del barroco alemán arrasada por las bombas. Relataba nuestro autor el recuerdo de su padre cuando le llevaba a una colina desde donde divisaban su bellísima ciudad "como música congelada". Hablo de Erick Kästner, y de sus memorias de infancia tituladas "Cuando era un chiquillo". Así podemos leer en su emocionante relato: "Un par de horas bastaron para, por arte de magia, borrarrarla de la faz de la Tierra. Eso ocurrió el 13 de febrero de 1945. Ochocientos aviones arrojaron bombas rompedoras e incendiarias. Los gobiernos de las superpotencias siguen discutiendo hoy aún quién asesinó a Dresde...En el futuro castigad a los gobiernos y no a los pueblos!".

Este autor alemán, galardonado con el Premio Andersen ( algo así como el Nobel de Literatura infantil-juvenil) escribió también un libro para la paz titulado "La conferencia de los animales" donde dichos colegas irracionales tratan de meter en razón a los racionales humanos que no se ponen de acuerdo para poner fin a las guerras, ni siquiera pensando en los niños. El día Escolar por la Paz busca concienciar y demandar la no violencia, el derecho a vivir en un mundo tranquilo donde la preocupación cotidiana se reduzca a llevar el peso de vivir sin la carga de miedo.

En una de las campañas de Manos Unidas, promoviendo dicho día, fue solicitada la colaboración de Gloria Fuertes que aportó un poema del cual son estos versos:

Mi partido es la paz

y yo soy su líder

sin balas ni cartuchos;

no pido votos

pido botas para los

descalzos

que todavía hay muchos.

En el Cole del barrio han pedido que lleve cada alumno una frase propia de la paz; mi nieto, con cinco años recién cumplidos, ha dictado la suya: "La paz es lo tranquilo".

Pues eso, que podamos algún día tener todas las armas como volcanes muertos con verdes colinas de asueto, y como atracciones de un parque donde se suben los niños.