La verdad es que sabiendo lo que hoy sabemos, muy bien podríamos hablar de la violencia máxima con la que se están empleando en Cataluña los independentistas que alienta Torra. Ser constitucionalista en esa comunidad autónoma española es un riesgo. Un grupo de jóvenes que defendían la unidad de España en la Universidad Autónoma de Barcelona, recibieron graves amenazas con expresiones como "Cogeremos las pistolas y os reventaremos la cabeza". O que el Parlament catalán ha declarado "Antidemocrática y antisocial" a la Constitución española (qué sabrán ellos de democracia). O la última salida por la tangente de los cachorros de la CUP, o sea de Podemos-Cataluña que han colgado tres muñecos en un puente de Tarrasa, acompañados de una pancarta en la que se leía "tumbemos el régimen" (no se refieren al de Torra, claro). O que hasta nueve sedes del Partido Socialista de Cataluña han amanecido con pintadas firmadas por los mismos, por Arrán. Esos que dicen que la violencia la emplean los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Pero no. Hay que felicitarse por la rapidez de reflejos, precisamente de Guardia Civil y Policía Nacional. España, y por lo tanto los españoles, tenemos las mejores fuerzas policiales de Europa e incluso me atrevería a decir que del mundo. Ha bastado un movimiento sospechoso que no se ha escapado al buen ojo de los agentes, para detener a Bernardo Montoya. Un angelito que, de momento, goza de la categoría de presunto. El susodicho y su hermano gemelo, son dos buenas piezas con un historial de violencia hacia las mujeres. Ambos han cumplido sendas condenas por asesinatos. Tienen delitos de sangre por los que, concretamente el detenido, ha cumplido una condena de 20 años. Insuficientes a tenor de su reincidencia. Estos y otros casos son los que animan a pedir que de una vez por todas se agilice la prisión permanente revisable. No creo que haya un solo psicólogo, por mal profesional que sea, al que se le escape que esta gente no se cura en la cárcel, pero mucho menos en la calle, donde pueden volver a cometer sus fechorías como así ha ocurrido.

Aunque "presunto" todo apunta hacia este individuo. La autoridad judicial, puesto que la policial ha hecho muy bien hechos sus deberes, debe emplearse a fondo con este tipo de individuos. Otros veinte años serán insuficientes, porque al cabo de los mismos volverá a salir, y aunque no pueda con los calzoncillos, porque los años van pasando también para los asesinos convictos, estoy convencida de que no le temblará la mano para perpetrar un nuevo asesinato. ¿A qué está esperando la autoridad política para dar luz verde a la permanente revisable? Con los asesinos irredentos no vale ni el diálogo ni el buenismo. Hay que actuar con contundencia y no dejarse llevar por falsos sentimientos.

Al paso que vamos, las mujeres no vamos a poder salir de casa ni para ir a trabajar ni a por el pan nuestro de cada día, cuando menos para salir a caminar o a correr, porque no se sabe qué iluminado nos puede salir al encuentro o sorprendernos por la espalda para hacer con nosotras lo que le venga en gana. Y es que no hace falta la nocturnidad para que estos mal nacidos se empleen con alevosía y con una violencia inusitada por el mero hecho de ser mujeres. Gentuza así vive en la prehistoria, sólo que, además, son perversos y tienen intenciones protervas. Tantos secuestros, violaciones y asesinatos como se siguen contabilizando, vuelvo a repetir, no permiten albergar duda alguna sobre la incapacidad de vivir en sociedad de estos individuos.