"Este año los premios están muy bien elegidos" - me dijo mi compañera en la Diputación antes de ir a la celebración del Día de la Provincia en Corrales. Y tenía razón.

Porque Gil Bernardino Osorio, uno más de los miles de emigrantes zamoranos de la Tierra de Campos, no sólo se ha dedicado a ayudar en Nueva York a los que allí son inmigrantes como él mismo, sino que nos ayuda también a ponernos en el lugar del otro: de ese inmigrante que desde España es rechazado en las concertinas de África y en el mar Mediterráneo, y que aunque no sea zamorano de pura cepa necesita un maestro de esta tierra que le tienda la mano.

Porque en las tierras de Zamora también se pasa hambre, y por eso son necesarias asociaciones como el Banco de Alimentos -nada que ver con la Banca de las preferentes y las hipotecas- para dar de comer a los zamoranos que en los actos del Día de la Provincia podrían haber pasado desapercibidos si no fuera por el premio a la necesaria solidaridad para vivir aquí.

Porque es merecido el premio a las mujeres ganaderas que se dedican a esta tarea al menos desde el Neolítico, y que tienen que unirse en red porque como nos dicen: "solas invisibles, juntas invencibles."

Porque en la provincia más envejecida de España, hay pueblos como Torres donde los jóvenes se atreven a invertir en pequeñas empresas, demostrando que en Zamora puede haber futuro.

Porque hay jóvenes que con el mismo tesón de los jóvenes empresarios, llevan el nombre de Zamora al mundo a través de deporte, como Carlos Garrote, y se traen para esta tierra esa medalla de oro que representa a todos los zamoranos que luchan.

Y porque hay invencibles mujeres trabajadoras, valientes empresarios y deportistas de élite, aunque haya emigración y hambre, no se calla el cantor en esta tierra. Y en las Aulas de Música de Aliste y Tras Os Montes se revive la alegría del pueblo ante los acontecimientos más importantes de la vida, las fiestas, la buena cosecha que nunca lo es suficientemente? o porque el que baila y canta su mal espanta.

Y cantamos también con los jóvenes de la Banda de Música de Zamora que, como explicaron, siempre son jóvenes porque se marchan en cuanto crecen ¡Ay! "Lo que nos es querido siempre queda atrás."

Todos ellos nos representan y -no voy a llevar la contraria a la presidenta de la Diputación- demuestran que hay esperanza. Porque hay esperanza en los trabajadores.

Pero se olvidó la presidenta de los zamoranos que ese mismo Día de la Provincia se manifestaban en Sanabria por la mejora de la Sanidad. Tampoco se acordó de los pensionistas zamoranos, mayoría en el medio rural, que protestan porque tienen las pensiones más bajas de España congeladas desde hace años, y sufren la falta de servicios y de comunicaciones de esta tierra. Ni se mencionó a las plataformas que en toda Zamora se están organizando para garantizar que no va a haber cada vez más cerdos y menos personas en la España Vacía; que no se va a contaminar el agua, ni la tierra, ni el aire. Los vecinos de Fuentelcarnero por su parte, si asistieron a la celebración lo hicieron por un camino lleno de baches, como muchos otros.

A ninguno de ellos se les apoyó en el Pleno del día anterior a la celebración.

Por eso la Diputación no representa a esta provincia. Porque los olvidos podrían disculparse en un día de celebración pero no en un Pleno.

Y porque además, el partido mayoritario y con mayoría absoluta ya -tras la salida de un diputado por condena judicial- eligió llevar al Pleno el apoyo a la libertad de elección de centro educativo en una provincia donde no pueden elegir porque sólo hay tres localidades de un total de quinientas con centros concertados, y en toda la zona rural sólo hay educación pública.

Eso sí, también llevó una gran preocupación, pero no de los zamoranos, sino de su partido: la reforma de la ley electoral para que gobierne la lista más votada. Para evitar pactos legales, que criticaron con dureza, como los de las tres ciudades con enseñanza concertada en las que han perdido la alcaldía: Zamora, Benavente y Toro. Ellos, los del PP, que en Zamora fueron protagonistas del "Antorrenazo", y en la capital del reino del "Tamayazo".

Decididamente no nos representan. Pero no nos gustaría clamar en el desierto demográfico al que nos abocan, y del que saldremos con el trabajo de personas como las premiadas, que sí representan la forma de abordar los problemas que existen en nuestra tierra. Por ella y por ellas ¡salud!