Hoy, en el trayecto de uno de mis cotidianos paseos por la vieja Zamora, me senté en un banco de la recoleta Plaza de Antonio del Águila, frente a la Catedral, para descansar, llamó mi atención que sobre las piedras del pavimento alguien había pegado unas letras para componer una frase. Aunque ya faltaban algunas de aquellas letras, todavía pude intuir que decía: "Hoy decidí comenzar a vivir".

Aquella frase me sonaba como parte de algún poema que había leído antes y que en aquel momento no recodaba más detalles, mientras pensaba, levanté la vista al frente y en aquel pequeño espacio de la antañona plaza que presentaba un cuidado jardincito, con flores de variados colores recién regadas, varios árboles enmarcaban la portada de un antiguo convento de clausura con su espadaña del campanario y las ventanas con celosías. Yo sabía que allí no había monjas porque habían marchado hace mas de una década. Si la casa tenía habitantes ahora, no presentaba señales de existencia.

Lo verdaderamente cierto era que aquel rincón de la Zamora antigua emanaba un ambiente de romanticismo que seguramente inspiró a alguien a colocar aquellas letras , a modo de puzle, como inicio de un poema del alma, que decía:

Hoy decidí comenzar a vivir de nuevo/ a plumear las telarañas/ y a secar los pañuelos/ a tenderme en la cama/ a aflojar los nudillos/ y a transformar en tacones/ al caimán del bolsillo/ Hoy desperté dispuesta a cambiar mi vida/ a sacarme el pijama/ y a abrir las cortinas/ a cantar a gritos/ a ponerme pollera/ y a no molestarme si el viento la vuela/ Hoy me dí cuenta del tiempo perdido/ me cansé de estar triste/ no tiene sentido!/ Comienzo de nuevo con una sonrisa/ te encierro en el closet y salgo sin prisa/ Hoy decidí que cuando yo regrese/ te habrás esfumado del placard ese/ Y llenaré de flores la casa vacía/ traeré horizontes/ también fantasías/ Hoy entendí que estar sola no es malo/ yo elijo el camino/ escabroso o ralo/ y hoy elijo no hacerme problemas/ contigo o sin tí / haya sol o llueva/ Hoy decidí comenzar a vivir de nuevo/ a hacer lo que quiera/ y a soltarme el pelo/ a correr contenta/ a luchar con más ganas/ y a ser libre conmigo cada nueva mañana

Este poema lo vi firmado con el seudónimo "Alma al aire" y su autor (o autora) se autocomentó diciendo: "Después de las pérdidas, lo importantes es volver a empezar".