El ser humano es, por definición, sociable y tiene, respecto a otros animales, la función de comunicarse a través del lenguaje sea verbal o físico; considerando su supuesta composición física y psíquica; lo que le debiera posibilitar una comprensión, un entendimiento, una empatía, etc., recíproca; lo que, si además, aunque cada vez más escasa, hay buena voluntad de entenderse y respetarse, existe, o debiera de existir, "correspondencia biunívoca"; posibilitará una mejor convivencia en todos los órdenes en que obligatoria, o voluntariamente, tengan que compartir tiempo, espacio, vivencias y demás, como son entre otras, en los ámbitos laborales, familiares, de supuestas amistades, de organizaciones, etc.

Ya lo comentaban nuestros "sabios, educados, y señores", y por todo ello y mucho más añorados "tataras", que hablando se entiende la gente; pues al transmitirse entre ella, sentimientos, deseos, problemáticas, aspiraciones y demás cuestiones humanas y, considerando la hombría de bien, el sentido del respeto ajeno, el querer para los demás lo que queremos para nosotros mismos, el ayudarse entre ellos, el sentirse satisfecho al escuchar y, consecuentemente, procurar una opinión que coadyuve a resolver las aspiraciones de nuestros interlocutores, como a dar un punto de vista y parecer sobre la materia objeto de consideración y debate en una tertulia y conversación; y, además, los creyentes, observar los mandatos evangélicos sobre la actitud fraternal con nuestros "hermanos"; todo ello, si fuera una realidad, implicaría una mejor convivencia, una mayor productividad en el trabajo, confianza, y solidaridad. Y es que eso de "haz bien y no mires a quién", pasó a la historia.

La realidad, generalmente; pues siempre hay honrosísimas excepciones; es que cuando se "junta el personal" es para "poner a parir" a los demás, a chismorrear, a cotillear, a mentir, a difamar, a calumniar, y demás "lindezas", etc., etc., etc., por carencia de escrúpulos, de una elementalísima educación, por envidia, por ignorancia, por aquello de "calumnia que algo queda"?.Y todo ello se da en mayor proporción cuando las ciudades son de pequeña población, de escasa actividad económica, empresarial, industrial, con mínima población activa, con sedes de Administraciones Públicas de todo "pelaje", etc. pues se trabaja casi nada, hay mucho tiempo disponible y ya lo decía el dicho "cuando se trabaja poquísimo, aún habiendo mucho que laborar?"

La gente "sería", que haberla "hayla"; debiera analizar el tiempo que pierde en las relaciones con los demás, las desazones, las traiciones, los chivateos, los desengaños, etc., que provoca las "charlas" entre "amigos", conocidos y saludados; pues, "fíate y no corras"; al ser hoy el "personal" muy predecible en "soltarte" la primera impertinencia que se le ocurra, o que "te la tenga guardada", vaya usted a saber por qué; dado el rencor de la "tropa", entre otras lamentables características que la "adornan", en estos malhadados tiempos que nos toca sufrir.

"No te fíes ni de tu sombra", "sepulcros blanqueados", "uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras"; hipocresía, desagradecimientos; prudencia, conocimiento veraz y objetivo y exhaustivo de los demás, etc., etc., etc.; son aspectos a tener en cuenta en las relaciones humanas, si no queremos vernos perjudicados por la malquerencia de quienes no son dignos de ser tratados y relacionados.

Por todo ello, palabras las justas, y nada de nada habladurías, que lo único que provocan es la descalificación de quiénes así proceden, pues luego tal "can?" lo hará respecto de los presentes en la tertulia, charla o conversación?Pérdidas de tiempo, energías?con lo que tan necesarias son para procurar una convivencia digna, amigable y respetuosa entre todos.

Los progenitores, los profesionales del magisterio y los predicadores religiosos mucho tienen que hacer, pues es su responsabilidad libremente elegida y aceptada, para tratar de enmendar tan deplorables conductas de carencia de escrúpulos y estima del resto de la ciudadanía.

Y es que desde la época de la Grecia clásica está todo examinado, explicado y dicho sobre el comportamiento humano que se podría resumir en aquella frase de que "el buey solo?.".

Y, por si fuera poco, están las "nuevas tecnologías", como las redes sociales, los chats, Facebook, twitter, linkedin, las "fake news" o falsas noticias y demás "modernidades" que favorecen enormemente; por el anonimato de los indeseables y despreciables que en ellas vuelcan su miseria; la difamación de quiénes, paradójicamente, tienen un recto proceder. A este respecto, esperemos que las compañías tecnológicas, el legislador y los poderes públicos, como la justicia, contribuyan a evitarlas y sancionarlas; como que las gentes no sean tan vanidosas, ingenuas e imprudentes y "cuelguen" o "pongan en el muro" información personal que solo debiera interesarles a ellas.

Marcelino de Zamora