Un encantamiento consiste en someter la voluntad de algo o de alguien por medio de brebajes, remedios mágicos o fórmulas desconocidas para la mayor parte de los seres humanos. Así es como en los cuentos infantiles se cambiaba a un príncipe en un sapo o se hacía dormir a la una joven durante muchos años hasta que un beso de alguien muy especial los volviera a su ser.

Y eso es lo que les pasa a algunos artistas, que poseen el don del encantamiento, trasforman el mundo por medio de brebajes, tinturas o palabras mágicas que nos llevan a la comprensión de otra realidad que, aunque se nos parezca a la que supuestamente todos conocemos, no deja de ser una ficción maravillosa que nos transporta a un nuevo mundo, repleto de sensaciones y emociones en muchos casos desconocidas.

En estos días se ha inaugurado una Exposición Antológica en la Sala de la Encarnación en la Diputación de Zamora del gran pintor Ernesto Quero.

Allí su mujer Carmen (a quien recuerdo siempre caminando junto a él) y un grupo de amigos incondicionales han reunido una selección de cuadros y cuadernos de viaje para rendirle un póstumo homenaje.

Se trata de un repaso por sus múltiples facetas y estilos, y al observarla recordé un poema de una de mis escritoras preferidas, porque encontré similitudes en sus idearios artísticos.

Se trata de la polaca Wislava Szymborska, que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1996, la cual escribió en él una concisa reflexión sobre su poesía centrada en lo cotidiano, en la alegoría y en la sorpresa, donde deja expresado con suaves pinceladas un buen número de variaciones sugerentes sobre sus gustos personales y literarios, el cual comienza así: Prefiero el cine. / Prefiero los gatos. /Prefiero los robles a orillas del río. /Prefiero Dickens a Dostoievski. / Prefiero que me guste la gente/ a amar a la humanidad.

Y al leer las reflexiones de Ernesto sobre su pintura, dice que cuando va a la playa y pinta a los bañistas, "Me interesa la luz, el paisaje, pero prefiero la persona, como individuo o como colectivo".

Presenta en ellos una acumulación de figuras en una playa en un día de sol que me recordaban en sentido amplio, en su composición a algunos de los cuadros de los pintores flamencos, con Brueghel el Viejo a la cabeza, con sus escenas costumbristas, muchos de ellos en paisajes helados, pero al acercarte a los bañistas, la técnica por supuesto resulta muy novedosa, impresionismo puro.

Y por si esto fuera poco, tanto en la técnica como en los temas, surgen las coincidencias entre la poetisa y el pintor. El poema que antes mencioné lleva por título "Posibilidades" y Ernesto sigue reflexionando sobre su obra y dice: Después de trabajar unas cuantas sesiones, agotando posibilidades, el cuadro me obliga a dejarlo reposar", y más adelante "Todo se puede pintar y cada parte de ese todo se puede plasmar desde demasiados puntos, por tanto, el pintor, ante ese amplio abanico, debe seleccionar el fondo y la forma, creando su particular manera de ver, de hacer, construyendo un mundo, su mundo.

Por otra parte, Ernesto ha sido un pintor amante de las series inacabables como temática de sus cuadros; desnudos en bañeras, vestidos de Carmen, bañistas, corbatas? También el poema de Szymborska es una sucesión de series de palabras, que engloban sus preferencias: "Prefiero no afirmar/ que la razón es la culpable de todo. /Prefiero las excepciones. /Prefiero salir antes. /Con los médicos prefiero hablar de otra cosa. /Prefiero las viejas ilustraciones. /Prefiero lo ridículo de escribir poemas/ a lo ridículo de no escribirlos. /En el amor prefiero los aniversarios/ que se celebran todos los días."

Ambos ansían llegar al conocimiento que viene a través de la inspiración y del trabajo concienzudo, y es una lucha constante la que deben realizar para acercase a ello.

Szymborska afirmaba que crear poemas tenía que ver con ese fenómeno humano que es la inspiración y "La inspiración, sea lo que sea, nace de un constante "no sé"". Y que todo acto de crear es un enigma, pero la poesía despertaba en ella los efectos misteriosos que hay en cada objeto, eso es lo que la acercaba un poco a comprender el misterio de la vida.

Ernesto También coincide con ella: "Pinto despacio, no lento, tal vez demasiado despacio, pero ansío tener el conocimiento de lo que voy a hacer, sabiendo que nunca será definitivo".

Por otra parte, un encantamiento también es el estado de una persona, de un lugar, etc. que ha sido encantado. Y en este caso la obra de Ernesto que ha sido seleccionada para esta Exposición, ha surtido su efecto.

Desde los cuadernos de notas donde ha recogido experiencias y sensaciones de sus múltiples viajes, hasta en la hoja desgajada del bloc de dibujo de la que emerge un lirio maravilloso, o de sus desnudos o de sus azules que cambian continuamente y hacen que el mundo mágico y desconocido de seres y objetos aparezca una y otra vez ante nosotros, el efecto está totalmente conseguido.

Y aunque Ernesto se ha querido conformar con ser un "humilde y libre pintor", entre nosotros ha dejado una huella profunda de esa aproximación a la belleza, para demostrarnos su grandeza.

Y así es como acaban las Posibilidades de Szymborska: Prefiero tocar madera. /Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo. /Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad/ de que todo tiene una razón de ser.

(Con todo mi cariño, para Carmen y Ernesto)