En estos "tiempos que corren" tan poco ejemplares en casi todo, empezando por los que por "dignidad y gobierno" tenían que "predicar con el ejemplo" ; es digno de encomio que haya alguna persona que por su talante, por su personalidad, por su profesionalidad, por su bonhomía, por su gallardía, por su talante, etc., etc., etc., sean un auténtico "tesoro", constituyan una afortunada suerte, el conocerla y relacionarse con ella, el contar con su amistad; pues contribuyen, con su excelente forma de ser y de existir, a lo que todos pretendemos de los demás, y los demás pretenden de nosotros; es decir el cumplimiento exacto, pleno, riguroso, respetuoso y confiado, de las numerosas obligaciones que tenemos en los ámbitos profesionales, ciudadanos, familiares, de amistad, a veces ésta muy supuesta, y demás.

Y es que el cumplir con plenitud, motivadamente, con conocimiento, con buena voluntad, con eficacia y eficiencia los compromisos adquiridos con la sociedad; es decir con las empresas, con las Administraciones Públicas, a cuyas plantillas pertenezcamos, con la clientela que tiene la deferencia de solicitar nuestros servicios profesionales; con los objetivos de las organizaciones no lucrativas a las que voluntariamente nos hayamos comprometido a aportar nuestros esfuerzos; con los miembros de la familia que, también, voluntariamente hayamos podido formar; con la exquisita observancia de las leyes, como las tributarias; contribuirá a no defraudar a los destinatarios de nuestros quehaceres, a satisfacer sus demandas y necesidades, a lograr su máximo bienestar; en suma, a hacer un mundo más feliz y más justo que es lo que todos queremos, salvo los desalmados, que "haberlos haylos" y "más de la cuenta".

Por ello es una auténtica "lotería", la mejor, el que nos haya "tocado" conocer a Ángel San Juan, eximio profesor universitario de sociología, de la Universidad de Salamanca; que también lo fuera de materias técnicas en la Universidad Laboral de Zamora, de la cual, asi mismo, fue alumno; funcionario ejemplar en la embajada española en Cuba, en donde dejó la "marca España" muy alto; investigador de "altos vuelos" en materias de su docencia, publicadas en revistas científicas, en textos exclusivos y en colaboración, en temas de emigración, etc; amigo ejemplar; y, sobre todo "hombre de buena voluntad", no solo en Navidades, sino en todo el año. Y es que las manifestaciones, que sus amigos hemos recibido en un reciente correo electrónico, como sus hechos y comportamientos, lo corroboran. Así, dice, entre otras, "Si los seres humanos tuviéramos como objetivo de la vida hacer felices a los demás?Sin embargo seguiré siendo utópico haciendo todo el bien que pueda a los demás?.". ¡Chapeau, D. Ángel¡ ¡Que cunda el ejemplo¡

Ángel, un lujo contar con tu amistad.

Sancho de Moncada