En la España del despilfarro no se libra nadie. Ni los que despilfarran, ni los que se lo llevan crudo y no lo devuelven, ni los que levantan el índice acusador, ni los que directamente se lanzan al vacío sin paracaídas esparciendo la mierda, le toque la boñiga a quien le toque. En el abigarrado equipo municipal de Manuela Carmena no es oro todo lo que reluce, a pesar de las soflamas que lanzan en cuanto ven una cámara y alguien hace intención de enchufarles un micro. Difama que algo queda. Cuenta todas las mentiras que puedas que, a buen seguro, alguna cuela. Practica la demagogia, porque siempre hay tontos que tragan bien la hojarasca. Por cierto uno de los sinónimos de demagogia es populismo.

Los que van de limpios y transparentes en materia política, presumen porque no han tocado poder. En cuanto lo tocan son iguales o peor que los de siempre. Lo suyo, suyo, y el dinero público para gastarlo alegremente. Eso han hecho la ínclita doña Manuela y su abigarrado equipo. Con la alegría que caracteriza a esta señora y los suyos, destinaron medio millón de euros, que es una pasta gansa, a subvencionar fines distintos a los que con tanta fruición y entusiasta alegría ha venido predicando su fuerza política. Sabido es que una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo. Aunque en este caso, la prédica y el trigo han ido parejas.

Medio kilo de euros para sufragar la juerga de dinero público, de dinero de todos los madrileños, en sushi, limusinas, champán y otras fruslerías destinadas a la farándula hindú que acudió a los Oscars de Bollywood organizados por la capital va a hacer un año. Como que no nos íbamos a enterar por mucho tiempo que pasara. Con la de cosas que con medio millón de euros se puede hacer por colectivos desfavorecidos en los que esta gente se escuda. Eso sí, para todo encuentran excusa. Doña Manuela no iba a ser menos que don Pablo Manuel y se ha excusado diciendo que "gracias a lo que significó Bollywood se estableció una línea directa entre Nueva Delhi y Madrid". No se lo cree ni ella.

Narendra Modi, el padre de la "Marca India" y primer ministro hindú está de visita en España. La primera de un primer ministro indio a España en 29 años. Lo mismo el sarao de Bollywood y la generosidad de doña Manuela han abierto una vía que hace 29 años parecía cerrada al tráfico de las colaboraciones entre dos países como India y España. Lo mismo, para conseguir ciertas cosas, primero hay que invertir un pastón. Nadie asegura que se vayan a cerrar líneas de colaboración, que España se vaya a beneficiar de algún acuerdo, pero doña Manuela que es una visionaria, una adelantada ya hizo los deberes que debieron ser más sabrosos gracias al sushi y más cómodos gracias a las limusinas que puso a disposición de los "bollywoodienses".

La señora Carmena debió equivocarse al elegir carrera. En lugar de jueza, debió decantarse por la diplomacia, siempre y cuando pusieran a disposición buenas partidas de dinero, para hacer esas cosas que los diplomáticos hacen y que unas veces se consiguen y otras no. Es que doña Manuela se adjudica la inaugurada línea Nueva Delhi-Madrid, con Air India, que se puso en marcha el 1 de diciembre. No ha caído en la cuenta de que el compromiso de la compañía aérea llegó en 2014, antes de que Carmena fuera elegida alcaldesa con los votos de Carmona y sus chicos. A lo mejor es que ya no se acuerda y por eso se adjudica a dedo el éxito.