Querido amigo Luislo: Te has ido como has vivido los últimos años, sin hacer ruido, pero dejando un hueco que ya nunca podremos cubrir. La primavera, que comenzaba a alumbrar en esta Zamora, tenía envidia de los colores de tus cuadros y te ha llevado con ella. Hace 28 años ya te quiso arrebatar pero no pudo. El amor de tu mujer y por tu hija de pocos meses se lo impidieron pero ahora te ha envuelto para siempre, para llenar tu paleta de luz, para que pintes sin límites y sin barreras. Avergonzada de su felonía se olvidó de la luminosidad, se ha escondido y ha vuelto el invierno. Así, cuando tu cuerpo volaba por encima de la silla de ruedas y alejado del respirador artificial, las nubes lloraban por tu partida. Los almendros, por los que siempre preguntabas, están más hermosos que nunca vestidos de blanco.

Mañana, cuando el sol brille y la primavera vuelva, cuando las flores se abran, sabré que eres tú quien ilumina el paisaje y quien ha elegido el color para dar belleza a la belleza. A tu despedida no ha faltado nadie. La lista es tan extensa que prefiero no enumerarla.

El destino nos ha brindado muchos días de disfrute, de rutas por la provincia, muchos viajes, sobre todo por Sayago, esa comarca que tanto te gustaba, con sus charcas, su piedra granítica, sus tapices de colores, sus? cuadros de tu querida Zamora. Sí, esos mismos que has paseado por todo el mundo gracias a las exposiciones de la Asociación Internacional de Pintores con Boca y Pie.

Aún veo tu sonrisa, tus ojos vivaces que acababan las frases que muchas veces no podías terminar por falta de aire.

Tenemos aún pendientes muchos viajes, muchas rutas, muchas cenas que compartir y muchas tertulias para hilvanar recuerdos. El caballete y la paleta te esperan para que acabes el último cuadro.

Perdona que no te haya escrito antes, pero era tanto el dolor de mi corazón que la cabeza no podía asimilar tanto recuerdo y tanta emoción contenida que nunca me podrás quitar por muy lejos que estés en la distancia. Siempre estarás conmigo.

Te contaré un secreto que me ha desvelado Ricardo. ¿Te acuerdas que cuando la Asociación te pedía estampas navideñas odiabas esas composiciones? Pues este año han elegido tu cuadro para que muchos españoles feliciten con él las próximas navidades, probablemente sin saber quién lo ha pintado.

Por aquí, mientas tanto, los tuyos te seguimos echando de menos. A Paqui le han arrancado la mitad del corazón y su reloj se ha parado un 21 de marzo, igual que comenzó a latir un 25 de abril de 1989 cuando superaste la enfermedad. La vida, ya nunca será igual. Intentaremos llenar el gran hueco con algún sucedáneo, pero el genuino Luislo, se ha ido.

No quiero entretenerte más, pues te imagino mezclando colores y buscando paisajes para que las primaveras luzcan más hermosas, buscando la perfección de la pincelada que te eleve hasta el cielo e incluso más allá.

Por tu mujer, Paqui, no te preocupes, sabes que es de aspecto frágil pero con una entereza que otros muchos quisiéramos. Tenéis muchos amigos y no la dejaremos sola. Cada día que la acompañemos tú estarás, como no puede ser menos, presente, porque tus recuerdos lo envuelven todo.

No te entretengo más, hermano, sé que andarás liado buscando composiciones y mezclando colores imposibles para transmitirnos entereza y alegría por vivir, tal y como nos demostraste cada día de tu vida.

Recibe todo mi amor y admiración.